De todas las promesas incumplidas siempre alumbra el dicho popular que dice aquello tan versado de “prometer hasta meter y una vez metido, nada de lo prometido”. Y que en cierto modo certifica, (el dicho), una de las verdades más profundas en cuanto que quien lo procura se olvida pronto de cuantas promesas realiza. Además, ¿quien duda a estas alturas que “la politiquera” lo hace y persevera en ello?
La “errepeté” (o en abreviatura RPT) supone poner en marcha un rol de funcionarios adscritos a determinadas funciones, consiguiendo con ello una mayor celeridad en el desarrollo de su labor diaria para que el ciudadano se beneficie de una gestión rápida y eficaz. Es un arma administrativa que, curiosamente, la Ciudad no emplea, mientras que el resto de las administraciones públicas lo tienen desde hace muchos años y funcionando sin problemas.
Las relaciones de puestos de trabajo son el instrumento técnico a través del cual se realiza la ordenación del personal, de acuerdo con las necesidades de los servicios y se precisan los requisitos para el desempeño de cada puesto. Las relaciones de puestos de trabajo identifican y clasifican los puestos de trabajo, resultando imprescindible para cualquier organización o, como en este caso, cualquier Administración incluida la Autonómica o Local. En Ceuta, su aprobación parece más lejana que cercana. Prometida durante muchos años, sigue siendo “objeto de deseo” de políticos con clarividencia y funcionarios que, en muchos casos, hacen labores que no le corresponde y que suponen un roce continuo entre la legalidad o la alegalidad.
Desgraciadamente el hecho de no llevarse a cabo la RPT, supone un paso atrás en cuanto a la regulación administrativa y funcionarial y por tanto, debería ser prioritario llevar a cabo su aprobación, porque no olvidemos que el estudio y planificación de la misma, ya fue realizado (y costó un buen dinero) pero, y pese a las manifestaciones de unos y de otros en relación con la aprobación de las mismas de forma inminente, siguen pasando los meses, cuando no los años, y la Administración Local (o Autonómica) sigue sin ponerse al día. Es más, la famosa RPT que se dió a los sindicatos para su corrección y a los funcionarios para las alegaciones pertinentes, duerme el sueño de Morfeo entre cajones presidenciales a la espera de no se sabe bien qué. De ahí que siga preguntándome que prometieron y que metieron, porque lo que si tengo claro es el final: “Ya que lo he metido, olvido lo prometido”. Que pena, penita, pena…