La de ayer fue la entrada más numerosa desde el año 2005. No se recuerda otro episodio así, tras el que hayan conseguido llegar a este lado más de 200 personas. El hecho, lejos de interpretaciones interesadas e incluso peligrosas, debería ser objeto de una información en su conjunto. En la que nada se obvie, ni lo bueno ni lo malo. Pero sucede que no es así, nunca es así. De entrada porque hay demasiadas personas interesadas en que lo que ocurre no se conozca tal cual es, quizá porque detrás de todo esto de la inmigración haya algo más que tragedia.
No me gusta lo que estoy viendo, ni tampoco determinados comunicados de prensa que comenzaron usando términos como ‘asalto’ para terminar deleitándose en juegos perversos, porque así son aquellos en los que lo global y el detalle se confunden de manera interesada. Lo que hacen unos pocos se extiende al conjunto y se obvia el resultado de unas heridas para dejar en la eterna duda su gravedad. Las conclusiones son las que ayer se podían leer en los foros: hubo una persona que hasta pedía que se recibiera a los inmigrantes a tiros. Oigan, me pregunto, ¿no había un delito de odio?, ¿esto no interesa ser perseguido?, ¿de dónde parte el origen de estas reacciones en cadena?
Si nos van a contar una verdad, que ésta no sea a medias. Porque sí, es verdad que ALGUNOS inmigrantes arremetieron contra guardias civiles, pero otros no. También es verdad que hubo agentes con contusiones, pero no ha interesado ni concretar las heridas ni especificar si tuvieron que permanecer ingresados. ¿A qué se juega? Recuerdo cuando a los guardias les partían la cara en el polígono del Tarajal o en Benzú que nunca se mandaban notas de prensa explicando con detalle lo ocurrido. No sé... ¿no se trata de agresiones?
Si insistimos en quedarnos mirándonos el ombligo nunca entenderemos qué pasa, por qué entran de esta manera, o a qué obedece esta situación. Y no, para que se calmen los de turno, no estoy justificando ningún tipo de violencia, nunca lo he hecho ni nunca lo haré, pero tampoco quiero que me engañen, entregarme a los jueguecitos de las administraciones que utilizan los datos a su conveniencia porque en el fondo no les interesa nada de lo que sucede ni, mucho menos, tienen respeto por trasladar la información al ciudadano sin pretender intoxicarle.
No espero cambios, ni confío en ellos. Solo me da miedo sus consecuencias.