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“La educación necesita una mayor implicación por parte de todos”

Esta malagueño de nacimiento y ceutí de adopción tiene muy claro que la educación es el “pilar fundamental” de la sociedad, a pesar de que en los últimos años se haya producido un retroceso en la calidad educativa por una serie de factores, especialmente en esta ciudad. Paco Lobato llegó a Ceuta en el año 1.961 porque su padre era guardia civil y aprobó la carrera de Maestro por la rama de Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, siendo su primer destino una población del Pirineo catalán donde estuvo unos tres años cuando volvió a hacer las maletas para irse en comisión de servicio a Rabat.
En el año 1.989 lograba una plaza en nuestra ciudad, concretamente en el colegio Santiago Ramón y Cajal, donde ha ejercido todos los años de su profesión en activo.
Su interés por la educación le llevó a implicarse en temas sindicales, primero como Secretario de Organización y desde más de tres años como secretario general de la Federación de Enseñanza de UGT. Valora los buenos ojos con los que el profesorado en general mira la labor sindical que realizan pero demanda una serie de medidas para que la educación pueda gozar de mejor salud.
Las construcciones de institutos y colegios, la reducción de la ratio y una mayor implicación por parte de todos son algunas de las fórmulas que apunta Paco Lobato para que todo vaya “un poco mejor”.

–Antes de nada una curiosidad, ¿Qué te comentan cuando dices que eres natural de Alfarmatejo?
–Sin duda causa extrañeza porque es un pueblo pequeño de la Sierra de Málaga donde hace mucho frío y al que tengo un enorme cariño. Nací allí porque mi madre se fue a dar a luz con su matrona de toda la vida y, de hecho, todavía tengo familia allí y he pasado muchos veranos.
–¿Cómo se vive en un pueblo de estas características?
–Muy bien porque es un pueblo de labores agrícolas y donde puedes estar siempre en contacto con la naturaleza, algo que se ha ido perdiendo. No obstante, sólo estuve en el pueblo un mes ya que después de dar a luz nos fuimos a Tetuán, donde estaba destinado mi padre.
–¿Y cuando llegas por primera vez a Ceuta?
–En el año 1961 como consecuencia del traslado de mi padre al terminar el Protectorado en Marruecos, por lo que tengo recuerdos muy vagos de mi infancia en Tetuán. Permanezco en Ceuta hasta el año 1978 ya que dos años antes había aprobado las oposiciones de Maestro y me destinaron a Vilada, un pueblo del Pirineo catalán donde daba clases en una escuela unitaria a niños de entre seis y catorce años.
–Y del Pirineo catalán vuelta a Marruecos, ¿no?
–Sí, como quería estar cerca de Ceuta me fuí en comisión de servicio a un colegio español en Rabat en febrero de 1979 y allí estoy hasta que en 1983 me destinan al colegio Jacinto Benavente en Tetuán. La idea era estar lo más próximo a Ceuta porque aquí tenía toda mi familia y, además, mi mujer aprobó unas oposiciones de Hacienda y se vino aquí en el año 1985.
–¿Cuándo consigues tu plaza en nuestra ciudad?
–En el 1989, justo cuando coincidía con mi último año en Marruecos, porque tenía que regresar a Barcelona pero conseguí un hueco en el colegio Santiago Ramón y Cajal.
–¿Qué me puedes decir del Ramón y Cajal?
–Es uno de los colegios que no ha cambiado tanto con el paso de los años, ya que sólo se nota la evolución de las tecnologías y que el alumnado ahora es cien por cien de religión musulmana. Este centro destaca por el compañerismo y las buenas relaciones personales del profesorado.
–Aunque el colegio mantenga su filosofía me imagino que lo que sí has advertido es un importante cambio en el modelo educativo, ¿me equivoco?
–Sí, sobre todo si lo comparo con mis primeros años. Ahora las relaciones con los alumnos son más complicadas, sobre todo con la educación obligatoria que se nota más en los institutos, y con otra serie de cambios del modelo.
–¿Tan difícil es la relación profesor-alumno?
–Sí, en esta época actual es peor aunque hubo años en los que se registraron dos o tres episodios lamentables, entre ellos el apuñalamiento de un compañero. Esta época complicada se dejó atrás, principalmente gracias al convenio MEC-Ciudad así como a la irrupción de algunos trabajadores sociales que redujeron esta conflictividad. Hoy en día este fenómeno se produce como resultado de la masificación escolar porque tenemos la ratio más alta de España y eso incide en la calidad de la enseñanza y en las relaciones con los alumnos.
–¿Y el fracaso escolar?
–Es una pena pero hay que tener en cuenta que muchos alumnos llegan a los colegios con unas carencias muy significativas de lenguaje y conocimientos, lo cual influye mucho. Para reducir este fracaso es necesario construir dos o tres colegios y uno o dos institutos ya que es una necesidad imperiosa. También se necesitan unas aulas de inmersión para dar intensamente un aprendizaje de la lengua para que estos alumnos dominen el idioma, además de que se precisa que el Ministerio de Educación se implique más.
–¿Qué balance harías de la etapa de Aquilino Melgar al frente del ME?
–Ha tenido buena voluntad y ha intentado hacer cosas pero se ha plegado demasiado a las imposiciones del Ministerio de Educación, por lo que pienso que no ha sabido imponer los criterios de Ceuta, dejándose llevar mucho por lo que marcaba Madrid.
–¿Qué se debería apuntar principalmente en la ‘cuenta pendiente’ del ex director provincial?
–El calendario escolar porque todos los estamentos han abogado siempre por la Semana Blanca pero las pretensiones de Madrid se han impuesto en este asunto.
–¿Qué cambios más inmediatos se deberían producir en la Dirección Provincial?
–Una cosa prioritaria son las construcciones escolares porque se necesitan más centros. Hasta ahora hemos tenido el pecado entre comillas de contar en Ceuta con una Administración de un color político y otro distinto en Madrid, lo que ha generado trifulcas, por lo que esperamos que ahora que son del mismo color se puedan llevar a cabo las medidas necesarias para disponer de nuevos colegios y institutos con la puesta en marcha de un plan integral de construcciones. Esta acción permitiría que los profesores ejerzan su docencia en condiciones dignas para obtener buenos resultados puesto que se bajaría la ratio.
–¿Qué otras medidas son imprescindibles?
–Hay que modificar la orden de interinos y estudiar seriamente la masificación en las aulas de Educación Infantil porque se soportan a treinta alumnos por clase.
–¿Qué salud tiene la educación ceutí?
–Está en un momento malo porque tenemos el fracaso escolar más alto de España y esto es muy significativo del estado de salud de la educación, por lo que se precisan medidas urgentes.
–¿Cuándo decides implicarte a nivel sindical?
–Tuve unos primeros contactos en Marruecos cuando celebramos allí una huelga para pedir mejoras retributivas pero después de este acercamiento me impliqué al llegar a Ceuta donde acudía por las tardes a UGT para ayudar. Poco a poco José María Rodríguez Portillo me ofreció un cargo y al principio era reacio pero luego accedí.
–¿Quita muchas horas la actividad sindical?
–Sí, es una actividad apasionante pero a la vez me lleva la gran parte del tiempo porque se necesitan muchas horas. Cada vez acuden más personas al sindicato en busca de mejoras laborales o cualquier tipo de ayudas.
–¿Por qué debe ser valorado FETE-UGT?
–Por ayudar a la mejora de las condiciones de los compañeros ya que tratamos de tener un factor de servicio que se valora mucho. Lo que más se necesitan son ayudas de todo tipo, desde rellenar instancias hasta cualquier concurso de traslado, por lo que la ayuda individual que damos prima sobre la colectiva. Nuestro sindicato ha conseguido aprecio por estas ayudas individuales y somos el de mayor afiliación a nivel de Enseñanza.
–¿En qué se traduce esta confianza?
–Somos más de 1.100 afiliados y de un total de 1.300 trabajadores de la Enseñanza tenemos afiliados a unos 550, lo que supone un porcentaje elevado que es fruto de muchas horas de trabajo. Somos un sindicato serio y gozamos de un prestigio ganado a pulso.
–¿Qué te gustaría conseguir a corto plazo?
–Una mayor implicación de la ciudadanía porque la educación es el motor fundamental de la sociedad y todos debemos animar a los políticos a que apuesten decididamente por este área.

Una vida marcada por los pueblos

FICHA. Francisco Lobato Moreno tiene una vida marcada por los pueblos. Nació en el año 1955 en Alfarmatejo, una localidad distante unos cuarenta kilómetros de Málaga, de donde era natural su madre ya que su padre nació en otro pueblo malagueño llamado Casaragonela.
Posteriormente, su primer destino como Maestro (Promoción 1970-1973) fue el pueblo Vilada, situado en el Pirineo Catalán, por lo que reconoce su relación con pequeñas poblaciones.
Casado, es el mayor de una familia de seis hermanos, ocupando desde octubre de 2008 el cargo de secretario general de la FETE-UGT en sustitución del recordado José María Rodríguez Portillo, con quien ocupó el puesto de secretario de Organización desde 1996.
Es un aficionado a la lectura, a la informática y a los deportes, principalmente al tenis, aunque reconoce que las nuevas tecnologías no le gustan demasiado.

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