La desaparición de Ibrahim

Hace unos días este medio informó de la presunta muerte por ahogamiento de Ibrahim. El joven marroquí que desapareció en la madrugada del pasado 14 de abril, cuando cayó al mar de una embarcación que era perseguida por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Esa es la versión de varios acompañantes que iban a bordo de la embarcación semirrígida.
Lo único cierto y lamentable de esta tragedia es que Mohamed El Adouzi, padre de Ibrahim y su esposa, buscan desesperadamente a su hijo. Un joven que iba en una embarcación semirrígida que intentaba llegar a costas españolas con bultos que fueron arrojados al mar cuando observaron la presencia de la patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil.
Mohamed busca claridad y desea denunciar los hechos para forzar una investigación y eso lo honra como padre que intenta buscar las razones de la muerte de su hijo. Y desde AUGC estamos dispuestos en ayudar en todo lo que podamos a esta familia, porque Mohamed podrá descansar de la pesadilla de perder a un hijo y porque los responsables de la muerte de su hijo deben ser castigados penalmente.
En primer lugar,  queremos expresar a la familia de Ibrahim nuestro pesar y sentimiento por la muerte de su hijo, pero también queremos hacer llegar a toda la familia y a los ciudadanos que si los guardias civiles del Servicio Marítimo hubieran visto a su hijo caer al mar, hoy no estaríamos hablando de la posible muerte de Ibrahim, porque lo hubieran socorrido, izado a la embarcación de la Guardia Civil y puesto a disposición de la Autoridad Judicial como lo hicieron con el resto de compañeros.
Mohamed, manifestaba en el Faro de Ceuta “A mi hijo le han dejado en el agua”, “recordando lo que los compañeros de Ibrahim le contaron”. Y si esto es así, como dice Mohamed, desde AUGC entendemos que hay una responsabilidad ineludible de los compañeros que iban en la embarcación con Ibrahim y, mucho más grave, por parte de la persona que pilotaba la embarcación donde iba Ibrahim, porque si ellos sabían de este accidente, deberían haber  socorrido a su acompañante y, sobre todo, haber alertado de la desaparición. Sin embargo, al parecer y según leemos, estos se preocuparon más de eludir la responsabilidad de la justicia y volver a Marruecos que de intentar salvar o simplemente de alertar a la Guardia Civil para que buscaran a Ibrahim.
Pero abundando más en nuestra convicción, cuando los detenidos, según este medio, llamados  Mohamed Saidi, Mohamed Chellaf y Moussin Bolaich (todos indocumentados) fueron puestos a disposición judicial, nada dijeron de la falta de un compañero ni de que se hubiera producido alguna actuación negligente de la Benemérita. Y esta simple omisión por parte de unas personas que conocen perfectamente las garantías judiciales que tienen el sistema español deja en evidencia el comportamiento y la mala fe de ocultar a la Autoridad Judicial la desaparición de una persona.  Por lo tanto, Mohamed Saidi, Mohamed Chellaf y Moussin Bolaich son los máximos y únicos responsables de que la Autoridad Judicial no ordenara la búsqueda y rescate de Ibrahim, además de incurrir en los ilícitos que por dicha omisión deben ser investigados de oficio por la justicia española.
Los guardias civiles nos jugamos día a día la vida intentando garantizar la seguridad pública y estas conductas delictivas de eludir mediante maniobras temerarias ponen en peligro la vida de ciudadanos inocentes, de los guardias civiles y también de los propios delincuentes.  Intentar trasladar la responsabilidad a las autoridades  y a la Guardia Civil es una inmoralidad sólo perdonable a los padres de Ibrahim que en su dolor pueden tener una percepción equivocada de la realidad.
Creemos que la Autoridad Judicial debe pedir la personación inmediata de los tres marroquíes que acompañaban a Ibrahim para que respondan a cuantas preguntas considere necesaria, pero desde AUGC entendemos que existe una responsabilidad penal por parte de las personas que acompañaban a Ibrahim. De esta forma se daría una satisfacción a la familia y se evitaría que desde otro país se trate de eludir la responsabilidad penal y moral tratando desde la más absoluta inmoralidad trasladar la responsabilidad a unos guardias civiles que su único delito fue cumplir con sus obligaciones.

(*) Secretario Nacional AA de AUGC.