La crisis dispara la demanda de las lenguas extranjeras

La Escuela Oficial de Idiomas ceutí se ha visto “desbordada” ante el incremento de preinscripciones y un experto describe los rasgos de este fenómeno social

El hombre es un animal nómada. Cuando escasean los recursos, el ser humano es capaz de moverse miles de kilómetros por un mero afán de supervivencia. Es lo que está ocurriendo durante la actual coyuntura económica de España. Entre los cinco millones de desempleados del país los hay que poseen una alta cualificación académica y formativa. Y ya son un objeto de deseo para los países que sí disponen de empleos que ofertar. “Los primeros ministros de Alemania y Francia ya han tentado al trabajador español, a quien definen como una valiosa mano de obra cualificada”, manifiesta  Jorge Liñán, director de la Escuela Oficial de Idiomas de Ceuta.

La voz de llamada de los dirigentes europeos ha cundido también entres los ceutíes, sean desempleados o adivinen ya esa condición. El número de solicitudes en el centro oficial de idiomas puede resultar un termómetro adecuado. El director de la escuela calificó el proceso de solicitud del presente curso como de “desbordante”. Durante el periodo de solicitudes se formaron colas que llegaron a la puerta de salida y daba la vuelta. La foto de esta página recoge el testimonio gráfico de aquellos días de desborde.

Es de sentido común aprender el idioma del país de destino antes de acudir a buscar trabajo.  Así ha ocurrido este año con el número de matriculados en lenguas extranjeras en Ceuta. De los 850 matriculados registrados en el curso anterior a los 1.061 del presente, según los datos facilitados por la Escuela Oficial de Idiomas –un crecimiento aproximado del 25%–. Todo un síntoma. “El alemán ha triplicado su demanda –explica Liñán–. El francés y el árabe han experimentado un aumento del  20%. Y en el curso de inglés la demanda continúa siendo tan alta como en los años precedentes. Seis de cada diez rechazados en la preinscripción fueron solicitantes de lengua inglesa”.

De cara al curso que viene, el director de la escuela de idiomas ya tiene prevista la demanda de “mayores recursos” para el alemán. Las solicitudes para aprender el idioma germano han sido las que más  han crecido. Sin embargo, en Ceuta solo es posible estudiar hasta el nivel intermedio. Todo hace indicar que el español vuelve a tener en la boca ese ‘Vente a Alemania, Pepe’ propio de las décadas de los sesenta y los setenta, la última etapa de carestía en España hasta la presente.
En cambio, el fenómeno migratorio de hace cincuenta años no podría equipararse al actual. Hay diferencias sociales, económicas y culturales. Pepe Cantón es sociólogo e investigador de la consultora Sociópolis. Los movimientos de españoles en el extranjero tienen actualmente características diferentes. “La de la década de los sesenta fue una emigración masiva y la mano de obra era menos cualificada que la de ahora”, explica Cantón.

Aún están presentes en las metes de los españoles las imágenes en blanco y negro de los emigrantes con las grandes maletas atadas con sogas. “La intención de aquellas personas era volver”. El arraigo de aquellos españoles era notorio. Enviaban remesas de divisas que contribuyeron al desarrollo económico del país. “Ahora, en cambio, el fenómeno es incierto. No ha pasado el tiempo suficiente para valorarlo –declara Cantón–. Si tuviera que especular con un futuro escenario, me temo que está existiendo una importante pérdida de capital humano. Tiene visos de que será una generación perdida”. Sólo queda que esos cerebros decidan volver algún día: ‘Que vuelvan pronto los currelantes’.

La escuela cursa una petición de 15 aulas como mínimo
Desde su apertura, en el curso 1998-1999, la Escuela Oficial de Idiomas de Ceuta ha pasado de tener 400 matriculados a los 1.061 del curso corriente. En la actualidad, el centro de idiomas se ve obligado a utilizar los espacios del instituto Camoens. Pese a la alta demanda experimentada, las aulas siguen siendo nueve, incluyendo la existencia de dos laboratorios a los que se les da uso de clase. El director del centro, Jorge Liñán, ya ha expresado la necesidad de aumentar el número de aulas en al menos 15 unidades, pero sin necesidad de levantar la voz. “Ya hemos cursado una solicitud a la Consejería de Educación. Necesitamos más espacio para dar clases y responder a la demanda de solicitudes. Cuando más céntrico sea, mejor”, explicó Liñán.