No resulta raro escuchar entre propios y ajenos la sensación de encierro que tiene la población residente. Suele darse más frecuentemente entre los que venimos de fuera. Muchos nos quejamos por la falta de libertad de movimiento que supone tener que cruzar la frontera o el Estrecho. No es de extrañar, es una ciudad pequeña de la que, a veces, resulta una odisea salir a cambiar de aires.
La sensación de burbuja es mayor cuando intentas recibir algo de la Península; he tardado más en recibir envíos de Madrid a Ceuta que lo que tarda mi familia en recibirlos de China.
Como se suele decir, para muestra un botón:
Una compañía de telecomunicaciones de la que soy usuaria me envía un regalo promocional a través de Correos. Al ser un regalo, la factura la incluyen dentro del paquete.
Espero, espero, espero…y me desespero, sin que nadie me explique por qué mi paquete está retenido por Aduanas. Que esperes, eso siempre te lo dicen.
Así que sigo esperando otros 10 días.
Cuando por fin consigo explicaciones de la ventanilla de Información de Aduanas, me comentan que tengo que presentar la factura, que viene dentro del paquete y que para abrirla tengo que ESPERAR (más) al guardia jurado para que me la abra.
Así que espero, espero, espero… hasta que llega sin ninguna prisa, para decirme que Aduanas sólo abre los paquetes que ELLOS consideran oportunos. En este caso, el mío no, claro.
Ese mismo día, la compañía me informa de que proceden a reclamar la devolución del paquete ya que no lo he recogido en 15 días. Ahora os quedáis sin IPSI, sin tasas, y yo sin regalo; ¡Para una vez que me toca algo!
Me consta que no es la primera vez, ya que el mismo guardia dejó caer que en 2014 habían devuelto 1000 teléfonos móviles enviados a usuarios de la Ciudad Autónoma. La empresa de telefonía, por su parte, ha confirmado que dejará de forma inminente de emitir pedidos a Ceuta y Melilla por dicho motivo. Otra más.
Seguramente sea demasiado tarde para que me dé “un pronto”, pero me voy a desahogar. Decimos constantemente que Ceuta es España, pero afortunadamente el resto de España no funciona así. Yo no he pedido pagar menos impuestos que la Península, lo que sí pido es tener acceso al mismo mercado. Queremos avanzar al mismo paso, pero probablemente para avanzar, lo primero sea dejar de ser el obstáculo.
Para salir del hoyo, lo imprescindible es dejar de cavar.