La Ciudad Autónoma, a través de la Viceconsejería de Equipamientos Urbanos y Barriadas, está reparando las consecuencias de un desprendimiento de terreno que se produjo en la carretera que sube hasta la ermita de San Antonio desde el Sarchal. Según explicaron fuentes cercanas al Gobierno Local, debido a las últimas lluvias se habían producido en la zona unos desprendimientos en la calzada y un desplome de piedras. El trabajo concreto que los operarios de la Viceconsejería están llevando a cabo consiste en la instalación de unos muros de contención de hormigón para evitar que posibles nuevos desprendimientos de tierra lleguen a la carretera. Paralelamente, el proyecto de trabajo que manejan los responsables contempla también la reparación de la calzada y su asfaltado. Una actuación similar, aunque de mucho menor envergadura, se realizó por una zona cercana hace aproximadamente un año. En esta ocasión la superficie de actuación abarcará sobre 70 metros cuadrados, cubriendo todo lo que es el talud afectado. A todo ello hay que sumar la contención de todas las tierras de la parte baja de la carretera. En definitiva, la actuación ha sido considerada por sus responsables como “de mucha entidad”, entendiendo también que supone un importante avance a nivel de seguridad para la vía.
Las previsiones de la Viceconsejería son que los trabajos se alarguen hasta el próximo día 13 o la semana siguiente. Según explicaron, “probablemente el tramo afectado esté abierto para la celebración de San Antonio aunque no se haya terminado del todo”. Lo único que faltaría para concluir sería el recubrimiento de la calzada con los correspondientes 5 ó 6 centímetros de alquitrán, aunque como debajo llevará una capa gruesa de hormigón creen que se podrá utilizar sin problemas.
Hasta el momento, la obra se está llevando a cabo por tramos y la carretera de subida a la ermita de San Antonio se encuentra cortada en uno de los sentidos porque las obras ocupan buena parte del camino.
Hasta 24 operarios trabajando
Obimace está utilizando maquinaria pesada para llevar a cabo esta obra. A nivel de trabajadores, hay 10 personas dedicadas específicamente a las labores relacionadas con los desprendimientos, ocho que se están encargando de la pintura de los alrededores y de la ermita, y otros seis que son los responsables de todo lo relacionado con el parcheo de la carretera de subida al espacio religioso. Todo este esfuerzo va encaminado a que la celebración de la fiesta de San Antonio se desarrolle con normalidad.