Este proyecto incipiente persigue apartar a los vehículos dedicados al transporte de mercancías porque generan los colapsos
La Ciudad Autónoma estudia posibles zonas para el embolsamiento de vehículos dedicados al transporte de mercancías de Ceuta a Marruecos en el entorno fronterizo y, en concreto, en las proximidades de la carretera nacional, como pueden ser los alrededores de la rotonda de Arcos Quebrados. Su objetivo es colaborar con la Delegación del Gobierno en dar con una solución que acabe con las desesperantes retenciones en la carretera de la frontera y para que devuelva al tráfico rodado la tan demandada fluidez hasta que la Administración General del Estado acometa las obras previstas.
Este proyecto se encuentra aún en un estado incipiente, indicaron desde la Ciudad, aunque es una de las líneas de actuación planteadas por los técnicos a fin de descongestionar la carretera nacional, una de las arterias más importantes de la ciudad dada la intensa circulación que soporta. Que esas zonas de acumulación de vehículos estén cerca de la N-352 facilitaría el embolsamiento inmediato de los coches, sin invadir las parcelas donde vaya a actuar el Estado. Motivo por el cual lo están estudiando de forma conjunta los técnicos de la Ciudad y de la Delegación.
Estos porteadores sobre cuatro ruedas son, normalmente, los que generan los colapsos de forma voluntaria ya que, así, ejercen mayor presión sobre los controles en frontera. Un bloqueo que, consideran quienes pilotan estos coches-almacén, puede beneficiarles. Sus conductores piensan que las fuerzas de seguridad les autorizarán a pasar al país vecino con hasta el último de sus recovecos cargado de mercancía con tal de evitar que los atascos empeoren.
En cualquier caso, esos vehículos marroquíes tendrán que salir en algún momento a Marruecos. Un desalojo que correspondería a Policía Local y Guardia Civil acometer cuando considerasen oportuno, aunque esta coordinación entre ambos cuerpos aún estaría por definir.
La Ciudad pretende así atender las demandas de los vecinos de las barriadas colindantes, los usuarios de los transportes públicos o de la sanidad pública y los transportistas, entre tantos afectados.