Un total de ochocientos mil euros ha invertido la Ciudad Autónoma en trabajos de reparaciones y mejoras en el centro de ‘La Esperanza’ durante las dos últimas legislaturas, en las de mayoría absoluta por parte del Partido Popular. Concretamente, la de mayor calado tuvieron lugar en el año 2009 donde hizo falta la realización de obras de emergencia en la techumbre y en el interior del centro por un valor cercano a los quinientos mil euros.
El primer año donde hubo ya un gasto consignado que obra fue en 2003 con casi setenta mil euros, donde se reformaron las habitaciones, se instalaron las alarmas y el vallado Tramex.
El segundo ejercicio donde más se ha invertido fue al siguiente, en 2004, donde nos encontramos con un gasto de ciento diecisiete mil euros que fueron para trabajos de carpintería, reparación de módulos, construcción de trastero y reparación eléctrica.
Unos ciento veinte mil euros en el cuatrienio que van desde 2005 a 2008. Trece mil quinientos euros en el primero de esos ejercicios con reparación de fisura en un muro y trabajos en duchas, lavandería y patrio. Treinta y cuatro mil euros en 2006 con instalación eléctrica informática, trabajos de mantenimiento mensual, instalación de cámaras de seguridad, huecos de ventanas, ventanas de aluminio, e instalación de luces de emergencia.
Cincuenta y dos mil euros en 2007 con la cubierta del patio, trabajos de mantenimiento mensual y reparación de módulos prefabricados y dentro de ese cuatrienio, en 2008, dieciocho mil euros con trabajos de mantenimiento mensual, instalación de material eléctrico para los módulos, material eléctrico de los módulos y sustitución del motor del agua.
Y por último en el año 2010, dieciséis mil euros fueron para la sustitución de la caldera y su instalación.
Sin contar, por supuesto, otro tipo de inversiones en distinto material que no se considera obra o trabajo, además de los gastos que se pudieron realizar entre 1999, que fue el año de la apertura y el 2003, cuando Juan Vivas llevaba ya dos años gobernando.
De todas maneras, se ha de partir de una base que refleja esa necesidad de construir un nuevo centro para menores extranjeros no acompañados donde la Ciudad Autónoma deberá asumir en solitario, cuando, a lo mejor, las responsabilidades son de otros.