La Ciudad decidió ayer desconectar uno de los módulos de la desaladora, decisión que avalaron con los informes técnicos existentes que apuntan a que es mejor parar ese cuarto módulo al no estar funcionando al pleno rendimiento requerido. El portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez, valoró que no habrá problema alguno en relación al abastecimiento del agua ya que a fecha de hoy existe una reserva del 89,41% en los dos pantanos, el del Infierno y el del Renegado.
Indicó Martínez que al ritmo del consumo de agua previsto, y con tres módulos en funcionamiento, se garantizaría perfectamente el abastecimiento a la ciudad. Es más esas garantías, en el peor de los casos, son reales hasta cien días después del 1 de octubre, dada la cantidad de agua almacenada en ambos embalses.
Aclaró además el portavoz municipal que las decisiones en materia de agua se irán adoptando según cómo evolucione la situación. El hecho de que se pare uno de los módulos de la desaladora podría además incidir en el resultado de la factura que llega al consumidor.
De otra parte Martínez valoró el aumento de peticiones para obtener el carné de manipulador que se ha producido, lo que, dijo, repercute directamente en la salud pública. Martínez habló de “éxito de participación” al haberse multiplicado por cuatro la dispensa de estos carnés, pasándose de los cien que había antes a los 400 actuales.