Así lo explicaron fuentes de Obimasa, la empresa pública dependiente de la Consejería de Medio Ambiente que se está encargando de gestionar el papeleo para la entrega efectiva de este animal.
Al tratarse de una especia protegida (en peligro de extinción), no se puede vender. La Ciudad Autónoma cederá la titularidad a la fundación AAP Primadomus, que deberá cumplir estos condicionantes. “Siempre se cumplen”, explican desde Obimasa. En concreto, se trata de precauciones como proporcionar al animal el cuidado apropiado, y obviamente no cometer ninguna acción delictiva. En estos casos, al menos sobre el papel, se revocaría la titularidad de la persona o entidad a la que se le ha cedido.
Evitar el calor
Actualmente, desde Obimasa se encuentran a la espera de que se les remita toda la información que han solicitado a AAP Primadomus, en definitiva los permisos que demuestren que cumplen las directivas europeas. Es esencial evitar que esto se demore mucho, ya que el calor que viene sería malo para la mangabey.