La presencia de menores extranjeros no acompañados se estabiliza en la ciudad, a pesar del último repunte registrado desde el pasado septiembre que ha hecho situar la cifra actual de MENA en 102. Nada que ver con los 160 que hubo el pasado año, integrando una bolsa “estabilizada”, tal y como apuntan desde el Área de Menores.
La amplia mayoría de menores es de origen marroquí, salvo algunos casos contados de subsaharianos y los niños sirios que aún no han regresado al CETI ya que existe un proceso judicial que afecta a sus padres y hasta que se resuelva permanecerán en el Mediterráneo bajo el control de la Ciudad.
Pocos cambios ha habido en torno a la presión que con anterioridad ejerció este colectivo, hasta el punto de que la propia Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunció la existencia de una trama bien organizada para el pase de estos menores por parte de sus familias.
Tras un verano sin cambios, sí es cierto que a raíz de septiembre se ha contabilizado alguna entrada de menores que ha venido a romper la tónica del estancamiento y ha hecho que la población actual supere en poco el centenar.
Las entradas se han sucedido por goteo, sin guardar relación alguna con las avalanchas de inmigrantes que se han sucedido en este mismo periodo de manera aislada. Estos menores, acogidos en el albergue de Hadú, han llegado a la ciudad en compañía de adultos que luego los han dejado en Ceuta para que sean acogidos en el albergue. Se trata de menores de ente 15 y 16 años, que tienen familia reconocida al otro lado de la frontera y que han aprovechado el trasiego fronterizo e incontrolable que soporte el Tarajal para entrar en la ciudad.
Los MENA permanecen en el albergue de Hadú hasta que la Ciudad disponga de un nuevo centro de acogida, ya que la idea acordada es que esta infraestructura sea la futura Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía.
Precisamente esta misma semana los vecinos de Hadú protestaban por las escapadas de menores del centro, al aprovechar un vallado que han destrozado. La Ciudad ha admitido los hechos recalcando que lo van a arreglar. La situación cambiará en cuanto se disponga de otro lugar para el traslado y dejar el actual para la Policía Nacional.
La misma tónica: pase de menores con familiares
Las entradas de menores siempre obedecen al mismo perfil. Se trata de marroquíes que tienen familia, que no se encuentran desamparados y que, de hecho, mantienen relación con distintos miembros de esa unidad. Su entrada en Ceuta se hace para que durante los años que quedan hasta alcanzar la mayoría de edad se encuentren bajo el control de este centro, siendo un objetivo pretendido por los padres. Normalmente los menores acceden con su propia familia a la ciudad, aunque en otras son individuos los que ayudan a pasarlos, entremezclándose en un trasiego que resulta imposible de controlar por las fuerzas de seguridad.