La Memoria de la Propuesta de Proyecto de Plan Hidrológico de Ceuta elaborada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), actualmente en fase de consulta pública durante un semestre, identifica dos zonas de la ciudad con un riesgo “muy grave” de sufrir inundaciones. Se trata de el Arroyo de las Bombas, por un lado, y de Cañada Ortega y Barranco Central’, por otro.
En ambos casos se trata de un riesgo de origen fluvial debido a su ubicación. En el primer caso, el documento señala que se trata de una zona de riesgo “alto frecuente”. “Tomando en consideración un periodo de retorno de cien años existe un riesgo importante del núcleo de viviendas e instalaciones comerciales adyacentes”, alerta la Memoria.
En el caso del área más cercana a Benzú, la CHG explica que es otra zona “de riesgo alto frecuente” aún considerando solamente medio siglo como periodo de retorno con peligro para “el núcleo de viviendas e instalaciones comerciales adyacentes”.
En Ceuta se registran, según los datos de la última década, unas precipitaciones medias anuales de 585 litros por metro cuadrado, siendo la evapotranspiración de 80 centímetros, relación que “indica que existe insuficiencia de agua, produciéndose un déficit entre los meses de mayo a septiembre”.
A juicio de los técnicos, aún entre septiembre y diciembre, cuando se generan la mayor parte de las alertas meteorológicas, “en principio, la peculiar morfología del terreno facilita la evacuación múltiple y directa al mar de las aguas pluviales”.
Sin embargo, las zonas próximas a la desembocadura como las mencionadas “resultan problemáticas en muchos casos dado que la acción del hombre ha disminuido la libre salida del agua”. “La carestía del terreno, unida a la falsa sensación de seguridad, creada a partir de períodos de retornos medios”, advierte la Confederación, “hace que se edifique ilegalmente en los márgenes de seguridad, con los graves riesgos que ello comporta”.
“Ceuta presenta una topografía accidentada, con numerosos barrancos y torrenteras, por lo que se puede afirmar la inexistencia de una ‘válvula de seguridad’ que suponen las amplias llanuras de inundación (flood plain)”, completa su diagnóstico el documento, que incide en que “la ocupación por edificaciones no reguladas de los cauces naturales de dichas torrenteras, incrementando el factor de riesgo y daños” siendo, además, “imposible cualquier tipo de control”.
La Memoria adjudica un nivel de riesgo ‘bajo’ al área del Arroyo de las Bombas (con peligro de afección para los polígonos) y ‘grave’, en este caso derivado del mar, para “las carreteras que enlazan Benzú con la frontera del Tarajal”.
En ambos casos se trata de un riesgo de origen fluvial debido a su ubicación. En el primer caso, el documento señala que se trata de una zona de riesgo “alto frecuente”. “Tomando en consideración un periodo de retorno de cien años existe un riesgo importante del núcleo de viviendas e instalaciones comerciales adyacentes”, alerta la Memoria.
En el caso del área más cercana a Benzú, la CHG explica que es otra zona “de riesgo alto frecuente” aún considerando solamente medio siglo como periodo de retorno con peligro para “el núcleo de viviendas e instalaciones comerciales adyacentes”.
En Ceuta se registran, según los datos de la última década, unas precipitaciones medias anuales de 585 litros por metro cuadrado, siendo la evapotranspiración de 80 centímetros, relación que “indica que existe insuficiencia de agua, produciéndose un déficit entre los meses de mayo a septiembre”.
A juicio de los técnicos, aún entre septiembre y diciembre, cuando se generan la mayor parte de las alertas meteorológicas, “en principio, la peculiar morfología del terreno facilita la evacuación múltiple y directa al mar de las aguas pluviales”.
Sin embargo, las zonas próximas a la desembocadura como las mencionadas “resultan problemáticas en muchos casos dado que la acción del hombre ha disminuido la libre salida del agua”. “La carestía del terreno, unida a la falsa sensación de seguridad, creada a partir de períodos de retornos medios”, advierte la Confederación, “hace que se edifique ilegalmente en los márgenes de seguridad, con los graves riesgos que ello comporta”.
“Ceuta presenta una topografía accidentada, con numerosos barrancos y torrenteras, por lo que se puede afirmar la inexistencia de una ‘válvula de seguridad’ que suponen las amplias llanuras de inundación (flood plain)”, completa su diagnóstico el documento, que incide en que “la ocupación por edificaciones no reguladas de los cauces naturales de dichas torrenteras, incrementando el factor de riesgo y daños” siendo, además, “imposible cualquier tipo de control”.
La Memoria adjudica un nivel de riesgo ‘bajo’ al área del Arroyo de las Bombas (con peligro de afección para los polígonos) y ‘grave’, en este caso derivado del mar, para “las carreteras que enlazan Benzú con la frontera del Tarajal”.
El Plan Hidrológico de Ceuta entrará en vigor dentro de dos años, en octubre de 2015
La CHG inició en noviembre el proceso de consulta pública del Esquema de Temas Importantes del Plan Hidrológico de Ceuta, con lo que inició la segunda etapa del proceso participativo para su elaboración, de acuerdo a la hoja de ruta fijada por el Ministerio para concluir con su aprobación y cumplir el compromiso adquirido con la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. El proceso de elaboración del documento debe terminar en julio para que entre en vigor dentro de dos años, en 2015.
