En toda la polémica que está desatada en nuestra ciudad en torno a la inseguridad ciudadana resulta que la única administración que está dando la cara, que está tomando decisiones y que se está pronunciando es la Ciudad Autónoma, mientras que la Delegación y el delegado permanecen en el más absoluto silencio, como si esta situación no fuera con ellos. Es la Ciudad Autónoma la que decidió reforzar los fines de semanas los servicios extraordinarios y voluntarios con un coste de 20.000 euros mensuales, es la Ciudad Autónoma la que se ha encargado de atender la petición de la Autoridad Portuaria para vigilar en Cañonero Dato, es la Ciudad Autónoma la que ha anunciado que llevará adelante la centralización del nuevo 112, es la Ciudad Autónoma la que ha hablado de instalar las cámaras para temas de tráfico y seguridad. Ha tenido que ser a través del presidente de la Ciudad cuando nos hemos enterado que Madrid tiene disposición de incrementar las plantillas tanto de Policía Nacional como de Guardia Civil. Lo que no parece lógico es que la Delegación no comparezca, que el delegado no hable, que Fernández Cucurull como ha dicho el mismo Aristegui se encuentra superado. Cosa distinta es que el Gobierno de Vivas no tenga más remedio que remar al lado de su compañero de partido, pero llegará el momento en que no podrán mantener más este teatro. Aquí, la Ciudad, que no es la competente en materia de seguridad ciudadana es quien está dando la cara, mientras que quienes son los competentes ni aparecen, ni se les espera. Al menos, el Gobierno de Vivas ha entendido el mensaje lanzado por la ciudadanía.