No existe un planteamiento serio con respecto a la cuestión ambiental en nuestra ciudad, la claridad de ideas brilla por su ausencia y, si bien reconocemos, que se han estado preparando instrumentos para poder acometer las reformas ambientales de una manera pausada y ordenada, todavía continúa siendo una asignatura pendiente de nuestra bonita y marinera Ceuta. Las inversiones en ciertas infraestructuras ambientales se han llevado a cabo, pero también es verdad que se ha apurado al máximo el margen legal para desarrollar este tipo de proyectos. Han invertido por mandato legal prácticamente y no por convicción moral. Por este motivo, estamos en un periodo muy crítico, en el que falta la iniciativa para terminar de poner en funcionamiento algunas de las infraestructuras que han desarrollado es bastante portentosa. Incluso existe una gran confusión competencial en esto del medioambiente, situación derivada de las altas y bajas de consejeros y los cambios furibundos que se producen de un lado para otro. Nos han cambiado un consejero por otro y ahora el puesto del primer consejero lo ocupa una consejera que a su vez lleva las responsabilidades del agua y de la energía. Por supuesto, estas dos últimas competencias ambientales están ahora fuera del ámbito de la actual Consejería de Medioambiente y se llevan desde el área de fomento. El Mediambiente es zarandeado de un lado para otro por motivo de los intereses políticos y económicos del momento. El ambiente económico es especialmente propicio para realizar recortes en materia ambiental utilizando como coartada la famosa letanía de la crisis y la "prima de riesgo".
Las cosas cuestan dinero y nos hacemos cargo de la situación de crisis, pero también es verdad que se han gastado irresponsablemente lo que no tenían en una manzana del Revellín que es imposible rentabilizar y que nos está lastrando para el futuro. Esto ya lo advertimos sobradamente, ahora no podemos tolerar argumentos falaces contra nuestras equilibradas reclamaciones en beneficio de la sostenibilidad de Ceuta. ¿Cómo hemos sido capaces de vaciar nuestras arcas para pagar los sueldazos millonarios del gran arquitecto del "no lugar" y tener el abandono ambiental que tenemos?. ¿Qué mal nos aqueja a todos?, ¿acaso ha pasado un genio maligno descartiano que nos ha alienado con ponzoñosos alientos que confunden el juicio y el raciocinio obligándonos a leer en la prensa declaraciones ininteligibles del actual consejero de medioambiente?. El nuevo consejero bien haría en ser algo más comedido y cauto, pues reivindicar la inexistencia de problemas ambientales en nuestra bonita y marinera ciudad es realmente de inefable calificación.
Una gran tarea tienen los nuevos mandatarios, ahora por pares, por orden de nuestro dilecto presidente, del Medioambiente para realizar una gestión absolutamente imprescindible y comenzar a saldar una deuda histórica con la sostenibilidad. Una pesada carga que no vemos que sean capaces de llevar y que, además, para ir rebajando los kilos de sobrepeso por la deuda ambiental adquirida, necesitaríamos unas buenas dosis de mentalidad reformadora y modernizadora. A la espera de que esto se produzca, ya que puede que no aflore la mentalidad de la que hablamos pero este latente esperando nuevos impulsos políticos hagamos un repaso de una pequeña parte de la situación caótica que estamos denunciando.
La puesta en marcha del plan de acción de la Agenda 21 es el marco canalizador de todas nuestras demandas. Su estado de desarrollo es inexistente y no existe una voluntad clara de coordinación y sobre todo de llevar a cabo proyectos esenciales para nuestro progreso ambiental. Desde que se inició esta legislatura llevamos meses y meses esperando poder hablar con los responsables políticos de este enojoso asunto que nos lleve a desbloquear la situación en la que nos encontramos. Con los cambios de consejerías se ha complicado mucho la situación y hemos comenzado un estado de inquietud y desazón por la división de poderes, la falta de diálogo y lo difícil que es desarrollar un programa de reuniones más o menos programadas con los responsables políticos. No decimos que este tiempo no se haya hecho nada en beneficio de la cuestión ambiental, sino que no se termina rematando las jugadas pertinentes en diferentes materias que nos lleven a valorar las mejoras en este ámbito. La EDAR es una de ellas, después de lo que ha supuesto su ubicación desde el punto de vista paisajístico y de su construcción desde el punto de vista de los gastos, ahora no se tiene el dinero para ponerla en funcionamiento y ahí está sin rematarse esta jugada. El plan de residuos habrá que volver a retomarlo y, si es preciso, redefinirlo para adaptarlo mejor a la realidad de Ceuta, mientras tanto la planta de transferencia continúa creciendo pero de una manera asimétrica. Se amplían instalaciones para dar nuevos servicios y no se cuidan los fundamentales, esto es el transporte de basuras. Los lixiviados que destilan los contenedores de la planta de transferencia pueden verse fácilmente en la explanada portuaria donde se acumulan y destilan sus infectos ungüentos hasta que llegan a las aguas portuarias. Por otro lado, el estilo de ACEMSA continúa siendo el mismo, pierde agua por doquier y nunca mejor dicho y la única vía que nos queda para conseguir los documentos públicos que hemos estado requiriendo, es la judicial. Sin embargo, la nueva consejera del área parece algo ausente de estos asuntos, pero, siendo nueva en la plaza, la informaremos previamente para intentar arreglar el problemita aludido. La fiesta burocrática festiva de la Consejería de Medioambiente sigue su curso feliz y desenfadado y los papeles requeridos están eternamente afectados de retrasos y secuestros en cajones de aquí y allá. Nuestra compañera implicada en estos asuntos de la gestión de documentos ha respirado en parte con la incorporación de funcionarios solventes a la gestión de los expedientes que nos conciernen, aunque todavía existe un núcleo duro del "circunloquio" que el nuevo responsable del área tendrá que enmendar. La empresa OBIMASA continúa necesitada de reestructuración para que haga mucho mejor su labor en el campo del Medioambiente. Como en otras ocasiones hemos indicado, desde OBIMASA se hace una buena labor en el campo de la educación, sin embargo, su función se percibe muy justa y escasa en otros ámbitos. Sobre todo, la reforestación es la asignatura pendiente de esta sociedad sufragada con fondos de la ciudad. Habría que trabajar mucho más aportando los medios necesarios para realizarla, en este crucial asunto estamos dispuestos a ayudar. A pesar de que se podría haber organizado una plantilla mucho más lógica en función de la complejidad del Medioambiente, no vamos a ahondar en ello ya que entendemos que ahora es bastante duro tener que recortar ciertos puestos de trabajo, humanamente es comprensible y no parece muy ético deshacerse de una parte de la plantilla técnica después de tantos años. Sin embargo, se debe hacer una política más eficiente en cuanto al rendimiento de esta empresa y la redistribución de funciones, es un reto al que creemos que tiene que enfrentarse el nuevo consejero y al que le deseamos mucha suerte en la labor.
Por último, deseamos destacar que el Consejo Sectorial de Medioambiente debe ser un órgano más ágil y diligente a la hora de debatir propuestas y, sobre todo, debe servir como un órgano consultivo de interés en estos asuntos. En la actualidad está muy poco desarrollado y creemos que el gobierno de la ciudad está desaprovechando una gran oportunidad de escuchar directamente las voces críticas de la sostenibilidad en un foro bien diferente que el de los medios de comunicación.