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La Consejería de Sanidad administrará 10.000 dosis en esta temporada con la colaboración de Ingesa
Con la bajada de las temperaturas se inaugura la temporada de gripe. La Consejería de Sanidad, Consumo y Menores avanzó ayer que la campaña de vacunación frente a la gripe comenzará en Ceuta a partir de la tercera semana de octubre, como aprobó esta misma semana la Comisión de Salud Pública –del Ministerio de Sanidad–, en la que participó la directora general del área en la ciudad autónoma, Rebeca Benarroch.
En total, la Consejería tiene previsto administrar unas 10.000 dosis de estos antigripales, de los cuales 6.000 son prórrogas de contratos del año anterior –correspondientes al convenio marco con el Ministerio que ocupa en funciones Fátima Báñez– y 4.000 conforman un lote que Sanidad licitó a comienzos de año. La cifra final de inoculaciones dependerá de la tasa de vacunación.
La campaña se desarrollará en colaboración con el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), que es el organismo encargado de llevar el peso de la ejecución. No obstante, la responsable del departamento de la Ciudad Autónoma, Adela Nieto, ya ha mantenido reuniones con Benarroch y los encargados del Servicio local de Vacunas.
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias causada por un virus. Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión.
La vacunación se recomienda fundamentalmente para aquellas personas que presentan un alto riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la gripe y para las personas en contacto con estos grupos de alto riesgo ya que pueden contagiarles la enfermedad.
Toda aquella persona que esté interesada en vacunarse, deberá acudir a su centro de salud, donde recibirá más información cuando las autoridades sanitarias concreten la fecha de comienzo de la vacunación. No obstante, de acuerdo con la experiencia de ejercicios anteriores, el inicio suele situarse entre la tercera y cuarta semana de octubre. Como ocurre cada año, Sanidad e Ingesa escenificarán el arranque de la temporada con una comparecencia pública en la que darán información detallada.
Una inmunización marcada por la disputa sobre la prescripción
Ante el comienzo inminente de la campaña de vacunación de la gripe, el Sindicato de Enfermería (Satse) recuerda a nivel estatal que, según lo establecido por el denominado Real Decreto de ‘prescripción enfermera’, los profesionales de enfermería no están autorizados a su administración si previamente no ha sido prescrita por el médico correspondiente.
El RD 954/2015 establece en su artículo 3 que, para que un enfermero pueda realizar la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos de uso humano sujetos a prescripción médica “debe cumplirse que el enfermero deberá ser titular de la correspondiente acreditación emitida por la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad”, según este sindicato.
Una vez el enfermero esté acreditado, continúa Satse, será necesario que el médico haya determinado “previamente el diagnóstico, la prescripción y el protocolo o guía de práctica clínica y asistencial a seguir, validado conforme a lo establecido en el artículo 6 del Real Decreto”. Asimismo, el seguimiento de la persona vacunada deberá ser realizado por el “profesional que realizó la prescripción, es decir, el médico”.
Con el objeto de evitar cualquier tipo de sanción o apertura de expediente, Satse recuerda que es conveniente que los profesionales de enfermería “se dirijan, por escrito, a sus superiores solicitando una instrucción, también por escrito, sobre la instrucción concreta a seguir para proceder a la administración de la vacuna antigripal”.
Recomendaciones en la Comisión de Salud Pública
La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acordó este jueves las recomendaciones para la campaña. Esta protección está especialmente dirigida a los mayores de 65 años, que son quienes pueden padecer con más virulencia las consecuencias de una gripe, junto a otros colectivos de riesgo, entre los que se encuentran, principalmente, las mujeres embarazadas y las personas con afecciones respiratorias, cardiacas, renales y hepáticas.