Renovarse o morir. Ése es el mensaje que interiorizó la Cámara de Comercio de Ceuta cuando la reforma legislativa aprobada a finales de 2010 suprimió de un plumazo las cuotas obligatorias que sostenían su principal vía de financiación.
A partir de ahí comenzó una auténtica travesía del desierto a nivel nacional –con desapariciones e intervenciones incluidas en otras comunidades autónomas– que ha obligado a estas organizaciones a reinventarse para evitar, en plena crisis, un final anticipado.
En el caso de Ceuta, la solución pasaba por el diseño de un plan de viabilidad, el documento que ayer desgranó a los empresarios el presidente de la Cámara, Karim Bulaix, con el respaldo entre otros de la subdirectora general del Ministerio de Economía y Competitividad, Cristina Calvo Mayayo, y del director general de Procesa, Nicolás Fernández Cucurull. Bajo el lema Una nueva Cámara, unos nuevos servicios, quedó inaugurado el “nuevo punto de partida” en la andadura de la corporación. Traducido, implica que a partir de ahora la organización multiplica su cartera de prestaciones y se convierte en un foto de asesoramiento a emprendedores y sociedades ya consolidadas, que pagarán por cada servicio recibido.
“La nueva Cámara”, como ayer fue bautizada, pone así a disposición de los ciudadanos asesoramiento en todos aquellos aspectos que permitan “incrementar la competitividad y adaptase a las nuevas necesidades de los mercados en un entorno altamente cambiante y globalizado”. El catálogo de servicios se divide en grandes bloques (Consultoría para empresas, Formación, Internacionalización, Servicio de Mediación, Información Empresarial, Creación de Empresas y Cámara punto de encuentro), que se complementan con una nueva página web “más actual, dinámica y completa, para que se convierta en una ventana de sus actividades”. Trasladado a la práctica, los empresarios asistieron a una explicación sobre las ventajas de los nuevos contratos de aprendizaje, que pueden suponer un beneficio, entre subvenciones directas y bonificaciones, de hasta 15.000 euros por trabajador a lo largo de seis años.
Entre las novedades figura también el Club Cámara, al que podrán adherirse las empresas locales y que aglutinará “servicios y actividades de alto valor añadido a los que podrán acceder de forma ventajosa” sus socios.