El ceutí Santiago Lopera ha conseguido la tercera posición en el concurso internacional #HackForGood con su proyecto Agri Line
Santiago Lopera López es un ceutí de 34 años que se define como un “entusiasta de la tecnología y la programación de software tanto de diseño de páginas web, como de aplicaciones móviles”. Y es que esa afición le ha llevado a contribuir a la preservación del medio ambiente y paliar su impacto social gracias al desarrollo de la agrotecnología. Acaba de ganar el tercer premio por su participación en los premios #HackForGood.
Explica que el simple hecho de que entre miles de proyectos presentados haya sido el suyo el elegido “supone una felicidad interna que no se explicar”. Fueron días intensos pero al final obtuvo su recompensa, “el dinero es lo de menos lo importante es haber hecho una aportación mundial y el reconocimiento con tal premio. Ahora ya solo queda seguir trabajando en el proyecto y poder llevarlo a cabo”, comenta.
#HackForGood es un evento promovido por Telefónica y organizado junto a la ETSE de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid, la Fundación HazloPosible y la startups Mashme TV con el apoyo de la Red de Cátedras Telefónica en el que Hackers ForGood se enfrentan a retos para construir un lugar mejor. Lopera define a los Hackers ForGood como “gente positiva, entusiasta, productiva, estimulante, con ideas y ganas de hacer cosas que saltan barreras y rompen reglas”. Su foco temático es el desarrollo de aplicaciones y servicios que hagan un uso masivo de datos y tengan un gran impacto social.
Aunque normalmente se concurre en equipos de mínimo cinco personas, este ceutí decidió lanzarse a la aventura y participar en solitario. “Me dijeron que no había problema, pero que sería muy difícil en tres días para una sola persona presentar un proyecto”, explica. Pero en contra de achantarse, decidió aferrarse a la idea de que era capaz de enfrentarse a ello. Y el producto final ha sido Agri Line, una iniciativa que tiene el objetivo de que cada vez haya más agricultores que se dediquen a la producción de alimentos usando la tecnología, la cual permite optimizar los recursos disponibles y minimizar el impacto que supone la agricultura para el medio ambiente. Con ella Lopera ha demostrado que cualquiera es capaz de conseguir lo que se proponga. “Todos llevamos un genio dentro, solo hace falta la chispa que lo encienda”, dice.
No obstante, el ceutí confiesa que “ha sido una experiencia muy dura y arrolladora que pone al límite tus capacidades personales”, pero que recomienda a toda persona que presente “un poco de iniciativa, no piense en el tiempo y deje volar la mente”, ya que confiesa que durante esos tres días se alcanza un estado un tanto “eufórico”.
Dicen que aplicando la tecnología a la agricultura podremos salvar el mundo y, aunque aún queda mucho por avanzar puesto que el cambio climático es un factor que influye en estas materias, Lopera comenta que él se inclina por esa postura. “Podemos salvar el mundo con la agroteconología aplicada a la gestión técnica de cada campo de cultivo”, ya que argumenta que los descubrimientos son cada día más extensos y es solo el comienzo para sacar partido a nuestra naturaleza con la ayuda de la tecnología. “Podemos conseguir un impacto social y sostenible a nivel mundial según avanza la ciencia y la tecnología”, argumenta.