La batalla por el tabaco

No descubro nada si digo que hace unos días, el dos de enero, entró en vigor la nueva legislación que regula el consumo de tabaco en espacios públicos. Más bien  podríamos decir la ley que modifica a la anterior, aprobada hace cinco años. Creo que es una gran noticia para la salud de todos los españoles, pues son muchos los que llevan sufriendo durante años el tabaco de forma pasiva, sobre todo los trabajadores de la hostelería.
Claro está que nunca llueve a gusto de todos, y son muchos los y las fumadoras que se están quejando de la medida. Reconozco que ocasiona molestias para muchos fumadores, pero hay que ser razonables. Los fumadores tienen que entender, que cuando fuman, son libres de hacerlo, pero no de coartar la libertad de los demás. Es decir, eso de que nuestra libertad termina donde comienza la del prójimo. Se habla ahora de libertad, pero los no fumadores no han tenido nunca libertad de no fumar pasivamente.
Los hosteleros vaticinan pérdidas en los ingresos apoyándose en estudios que dicen poseer. Sin embargo, eso mismo manifestaban los hosteleros en otros países de la Unión, pero se equivocaron. Nada indica que en España se vaya a producir ningún descalabro.
Por lo tanto, considero que es una ley muy positiva para la salud de los españoles, y que equipara a España con el resto de países de nuestro entorno. Así, seguiremos la recomendación del Consejo de Europa, que llama a todos los estados miembros a eliminar el tabaco de los lugares públicos antes de 2012.
Esa es mi opinión, aunque es cierto que hay radicalmente contrarias e igualmente respetables. En la que apela a la falta de libertad, yo lo tengo claro.
¿Es coartar la libertad no poder fumar en determinados espacios o tragar humo en un sitio público cuando no se quiere hacer?
En ciertos sectores de la derecha se habla de esta falta de libertad, pero a mí me parece paradójico. Ahora se erigen en el adalid de la libertad. Yo ante esto solamente puedo refrescar la memoria, pues el Partido Popular quiere prohibir que las personas del mismo sexo se casen. Esto no parece ser coartar la libertad.
En el año 2000, el PP aprobó una ley de extranjería, declarada inconstitucional en buena parte, porque restringía, o más bien eliminaba, el derecho a la huelga y a la libertad sindical de los inmigrantes ilegales. Esto tampoco es coartar la libertad.
La palabra libertad es muy bonita, me parece preciosa, y no me gusta que algunos la prostituyan, sobre todo las personas que no supieron qué significaba hasta que otros vinieron a enseñarla.