“La base de la escuela es que los niños tengan educación deportiva”

Con Dani Olsson es difícil mantener una conversación sin que el fútbol sea el tema principal. Desde pequeño se aficionó por este deporte, luego estuvo diecisiete años como profesional y al colgar las botas decidió continuar ligado al deporte rey primero como miembro del cuerpo técnico de la AD Ceuta y luego como monitor deportivo.
Daniel Martínez Olsson (Estocolmo, 1973) siempre se ha identificado con el balón, desde que comenzó a dar las primeras patadas en su Suecia natal. Allí consiguió alcanzar la Primera División con diecinueve años en las filas del Djurgardens IF, cumpliendo uno de sus primeros sueños.
Luego, en el año 1995, dio el salto a España aprovechando las raíces de su padre, natural de Soria. Firmó en el Racing de Ferrol, que estaba en Segunda B, y comenzó una larga trayectoria que lo han convertido en un auténtico trotamundos del fútbol.
A nuestra ciudad llegó en la temporada 2001-2002 para firmar por el AD Ceuta con Carlos Orúe en el banquillo. Aquí conoció a su actual mujer (Mamen), se afincó y aunque salió a jugar en otros clubes ya echó raíces.
Colgó las botas con 35 años en el Puerto Real y desde enero de 2010 es el director de la Escuela de Fútbol de la Federación de Ceuta, cuyas riendas cogió con otros ex compañeros futbolistas como Juanma Alamillos o Krios, actuales monitores. Su objetivo: que los niños aprendan educación dentro y fuera del campo.

–¿Cuándo vienes a España?
–Desde pequeño viajaba todos los veranos a un pueblo situado junto a Soria aunque no fue hasta un invierno de 1995 cuando decidí probar suerte en la liga española al firmar por el Racing de Ferrol que era un equipo puntero en esos momentos.
–¿Por qué el Racing de Ferrol?
–Mi padre tenía contactos con ese equipo, me llamaron para darme una oportunidad y decidí cambiar de aires. Firmé un año y medio pero a los seis meses me fuí al Elche, con el que logré el ascenso a Segunda A.
–¿Desde cuándo tienes la nacionalidad hispano-sueca?
–Desde muy joven porque mi padre me nacionalizó en la Embajada de Estocolmo, allí juré la Constitución y tuve doble nacionalidad desde pronto, lo cual me facilitó jugar en España porque en aquella época no se permitían extranjeros en Segunda B, de ahí que siempre he jugado como español.
–¿Qué recuerdas de tus dos etapas en el AD Ceuta?
–Ambas fueron con Carlos Orúe en el banquillo y la verdad es que creo que no rendí como hubiese deseado. En el primer año jugué un total de 25 partidos pero tuve una lesión inoportuna en el ligamento mientras que en mi segunda etapa vine como un futbolista veterano y no me salieron muy bien las cosas .
–¿Qué tal tu experiencia en Tercera División con Serrallo, Linense y Puerto Real?
–Fue una categoría que me dio mucha felicidad porque me sentí muy arropado por los compañeros y los aficionados en mis etapas con el Serrallo, Balompédica Linense y Puerto Real. Jugué tres liguillas a Segunda B y fue una experiencia bonita.
–¿Por qué cuelgas las botas a los treinta y cinco años?
–Mi hijo David tenía siete meses y decidí dejarlo por mirar otros objetivos como la familia, además de que no me compensaba económicamente estar fuera. Acabé con 9 goles en el Puerto Real y tenía equipos para seguir pero no merecía la pena.
–¿Lo dejas con pena o fue muy meditado?
–Me fuí tranquilo porque acabé con una buena temporada ya que el equipo jugó, por primera vez en su historia, una liguilla de ascenso a Segunda B, de ahí que colgué las botas con la satisfacción del deber cumplido.
–¿Y cuándo te pasas a ejercer otras funciones?
–Me contrató el AD Ceuta para trabajar como ayudante de la plantilla con Benigno Sánchez y la verdad es que cambia mucho ser jugador a estar en un cargo técnico. Estuve dos años y luego me fuí como monitor-deportivo a la Federación de Fútbol y desde enero de 2010 el presidente Antonio García me ofreció el cargo de director al irse Nayim al Real Zaragoza.
–¿Qué balance haces de tu etapa al frente de la Escuela de Fútbol?
–Estoy muy contento porque mi trabajo me satisface mucho y cuento con dos buenos técnicos como Juanma y Krios.
–¿Cuáles son los principios del trabajo que desempeñáis?
–La base es la educación deportiva porque queremos que sepan estar dentro y fuera del terreno de juego ya que con una buena educación se pueden mejorar otros conceptos como el técnico y el táctico.
–¿Te has planteado alguna vez ser entrenador?
–No pero es algo que no descarto. Juanma y Krios sí tienen responsabilidades de seleccionadores pero, por circunstancias, yo todavía no me he estrenado en este cargo.
–¿Cómo se presenta el panorama para esta temporada?
–La escuela que desarrollábamos con el ICD este año la hacemos sólo la Federación. Para ello, contamos con el fútbol-7 en el José Martínez, la escuela de chupetines de tres a seis años en el José Martínez y en el Lope de Vega así como el fútbol-sala en Manzanera, Santa Amelia y en el Puerto. Luego, con el ICD, ponemos en marcha un trabajo más social en el Príncipe Alfonso y el Reina Sofía, con la novedad de que queremos llegar este año a Benzú con el colegio Pablo Ruíz de Picasso.
–¿Qué supone la escuela de tecnificación?
–Es la parte más seria del trabajo donde trabajaremos este año con alevines, infantiles y cadetes con la intención de preparar a los niños para que lleguen de la mejor manera posible a las selecciones, corrigiendo diferentes aspectos del juego individual. Para ello, contamos con Juanma, Krios, José Garrido como preparador de porteros y Mane como preparador físico.
–¿Orgulloso de haber acortado distancias con la península a nivel de selecciones?
–Sí, se ha avanzado mucho tanto a nivel de clubes como federativo ya que es importante ir mejorando cada año y ahí están los resultados en cadetes y juveniles así como las alegrías del fútbol-sala que hace unos meses se materializó con la consecución del título de campeones de España.
–¿Algún apunte para terminar?
–Sólo agradecer la ayuda de los clubes y los entrenadores locales para que todo este trabajo pueda llegar a buen puerto.