La barbarie (II)

"Tengo a bien dedicar este artículo a Ceuta, ciudad donde la tolerancia se allega con algo más de un cierto matiz político, pues la palabra tolerancia va unida en nuestras conciencias, como algo que nos identifica y nos hace libres..."

Atodos los pueblos les llega un momento en que tienen que decidir su destino en la historia...Y a ellos, y sólo a ellos, les corresponde la responsabilidad de seguir unidos a nosotros o de elegir un camino diferente.
Y puede ser ahora, o dentro de 50, 100, o 200 años..., pero a los pueblos, ya maduros, no se les puede obligar con medios coercitivos a que permanezcan unidos cuando ya no lo desean, pues si así no lo fuera, sería cuestión de tiempo.
Reflexionaba acerca de los refugiados sirios y de la mala conciencia de los gobiernos de Europa de expulsarlos a Turquía* -mediante un suculento cheque a fondo perdido de 6.000 millones de euros girado a este país- para arrojarlos de nuestras fronteras como si fueran bestias en vez de hombres y mujeres con alma, cuando me llegó este texto de mi amigo Vicente -alma pura de la nostalgia de Ceuta-, desentrañando "el origen de la barbarie", que nos ocupa en estos días en los caminos llenos de barro y fango del éxodo del pueblo sirio en la civilizada Europa.
Helo aquí el texto: "Caro me lo fiais, amigo Manuel. Eso sería lo suyo; sin embargo, el culpable directo de que el DARSH exista y por ende todas las guerras de Oriente Medio, es de Estados Unidos y de Occidente en general. Creamos un monstruo cuando nos interesaba, como "AlKaeda" en Afganistán, que sea vuelto incontrolable. Y la única forma de matar a ese monstruo es cortándole el flujo económico, es decir, dejando de venderles armas y dejando de comprarles petróleo. Pero esto es imposible, porque no van a dejar de vender armas ni comprar el petróleo, que es necesario para que nuestro interminable parque de coches y nuestra maquinaria industrial sigan funcionando. Por tanto, como no se les puede cortar el grifo económico, de vez en cuando se les tira un par de bombas y listo.
Es un círculo vicioso del que es muy difícil salir, y por desgracia, me temo que DAESH seguirá matando por muchos años más y, estas pobres gentes, aún continuaran por largo tiempo huyendo de la guerra..."
Y, este texto sencillo de Vicente en su exposición; y, sin embargo, claro y contundente en su comprensión, me hizo entender de golpe, muchas de las claves de esta guerra "inmisericorde" que se viene dando desde hace años en Oriente Medio en los territorios de Irak y Siria.
Esta guerra, que nada más nombrarse aparece como señas de identidad de la ferocidad del Estado Islámico del DAESH (Acrónimo del pretendido Estado Islámico de Irak y del Levante), como el principal actor que monopoliza la imagen de la barbarie sacada de una estampa medieval; sin embargo, va dejando paso a paso, a medida que vamos profundizando en sus orígenes, el otro protagonista principal que no puede ser otro que EEUU.
La responsabilidad de los americanos en la "desconstrucción" de los estados de Irak primero, y luego Siria es manifiesta y no deja lugar a la duda. Pues hemos de decir que las dos guerras llevadas a cabo contra Saddam Hussein y el apoyo a las inciertas "Primaveras Árabes" de EEUU, ha dejado a estos dos países como verdaderos estados fallidos, donde pareciera imposible la convivencia y una mínima estabilidad para el desarrollo de sus precarias economías, que posibilitara la permanencia de la población en sus tierras y pueblos originarios, en vez de verse obligados a un éxodo constante por los caminos de Europa.
La Casa Blanca ha llevado una política impropia de un estado referente en el concierto mundial, que raya en la improvisación y en la irresponsabilidad más absoluta; pues como decimos en vez de construir ha destruido dos estados, y los ha llevado a un verdadero holocausto impropio y totalmente contrarios a los ideales que sostuvieron el nacimiento de su nación. Todos sabemos que Saddam Hussein era un sátrapa y el actual presidente de Siria no le va a la saga; sin embargo, aquellos países tenían un cierto orden establecido y una economía en vías de desarrollo, que la guerra propiciada por el "Pentágono" ha llevado a la descomposición de sus estructuras de estados y a la expansión del DAESH en amplios territorios de sus entidades nacionales.
Hay articulistas que hilan fino en estas cuestiones y culpan directamente y con intereses espurios al "Tío Sam" de toda esta sinrazón; apuntando a la ideología de un repunte de un nuevo conservadurismo** (neoconservadores o neocons), como la mejor forma para el necesario debilitamiento de Europa, Rusia y China y los países emergentes, para mejor salvaguardar sus meros interés económicos. Pudiera ser exagerado esta acusación sin pruebas que evidencien y avalen esta actitud; sin embargo, hay contradicciones que nos llaman la atención y te hacen reflexionar más allá de la información oficial que mantiene la Casa Blanca. Pues es del todo extraño la celeridad con que intervinieron en las dos pasada guerras contra el estado de Saddam Hussein y las armas de destrucción masiva***-que resultaron ser un fraude y un engaño más de la desinformación con que nos tiene acostumbrado "El Pentágono"-, y la pasividad y la indiferencia con que trata la posibilidad de acometer una intervención directa contra el DAESH, en los mismos territorios donde en el no muy lejano pretérito acometiera.
No; no podemos creernos los argumentos de las pérdidas en soldados de infantería al poner un pie en estos países, cuando por dos veces han desembarcado todo su potencial bélico contra las fuerzas de Bagdad -como primera fuerza militar mundial-, y ahora se vuelvan tan prudentes y sensatos. Los americanos son un imperio, el exponente más emblemático de la nueva "Pax Romana", que según sus intereses la imponen con medidas económicas en algunos casos, y a sangre y fuego en otras.
Y, retornando a los argumentos que dijera mi amigo Vicente acerca de la génesis de esta guerra y de la crisis profunda de los refugiados, provocados por el nacimiento y posterior expansión del DAESH, y que si mal no recuerdo apuntaba: "No se acabará con este monstruo - de cien cabezas- , sino cortándosela, que en este caso es cortándole el flujo económico, es decir dejándole de vender armas y dejando de comprarles petróleo a bajo precio". Y, continuaba el argumento en el sentido de que cómo es imposible dejar de comprarles petróleo para el funcionamiento de nuestra industria; y que también es poco probable que dejen de vender armas, que conlleva pingues beneficios, acontecerá, por tanto, la imposibilidad de que al DAESH le corten el grifo económico y, como consecuencia, la terrible devastación de sus acciones.
De tal manera, que la guerra, el DAESH, y los millones de refugiados continuaran aún por mucho tiempo, bajo el mismo sol y bajo la misma bandera de la vergüenza de los países occidentales llamados del primer mundo, donde se aviene a recaer sobre ellos los altos y reverentes palios de la civilización y los Derecho Humanos...