Categorías: Opinión

La ayuda de Franco a los judíos (II)

Llama la atención el hecho muy significativo de que, habiendo sido el anterior régimen de Franco que gobernó en el período 1939-1975, tan dado a escudarse en supuestas conspiraciones “judeo-masónicas” como pretexto de los males de España durante su mandato, pues fuera luego uno de sus mayores benefactores que más ayudara a la causa de los judíos no sólo de España sino de toda Europa y América. Tal actitud favorable a los judíos, sobre todo los sefarditas, está probada documentalmente, tal como se expondrá en la próxima entrega. Y si bien de Franco podrá decirse que instauró en España un régimen antidemocrático y autoritario, los hechos históricos son los que son, y hay que recogerlos tal como acontecieron en defensa de la verdad, que así es como se hace la auténtica historia, sin perjuicio luego de cómo la misma historia y la sociedad tengan que juzgar al personaje y su régimen en todo lo demás, en cuyos juicios políticos de valor quien escribe nunca entra.
En el periódico “The American Sephardi”, con motivo del aniversario del fallecimiento del General  Franco, publicó el artículo que a continuación se reproduce: «El General Francisco Franco, Jefe del Estado Español, falleció el 20-11-1975. En contraste con Inglaterra, que cerró las fronteras de Palestina a los judíos que huían del nazismo y la destrucción, y también con la democrática Suiza que devolvió al terror nazi a los judíos que llegaron llamando a sus puertas buscando ayuda, España abrió su frontera con la Francia ocupada, admitiendo a todos los refugiados, sin distinción de religión o raza. El profesor Haim Avni, de la Universidad Hebrea, que ha dedicado años a estudiar el tema, ha llegado a la conclusión de que se lograron salvar un total de unos 40.000 judíos, vidas que se salvaron de ir a las cámaras de gas alemanas, bien directamente a través de las intervenciones españolas de sus representantes diplomáticos, o gracias a haber abierto España sus fronteras.
El 23-10-1940, cuando las tropas de Hitler estaban a lo largo de la frontera española tras la caída de Francia, Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya, negándose a satisfacer cualquiera de las peticiones de Hitler, incluida la entrada en vigor de la legislación anti-judía. Varios meses más tarde, Franco creó en Madrid y en Barcelona el Instituto de Estudios Judíos “Benito Arias Montano”. Y, como extremeño que soy, me complace aclarar que dicho Instituto lleva la denominación correspondiente al extremeño de su mismo nombre. Nació Arias Montano en 1527 en Fregenal de la Sierra (Badajoz), y fue un ilustre hebraista, biólogo y escritor políglota, y uno de los hombres más cultos y sabios de los círculos intelectuales españoles del siglo XVI. Su erudita publicación SEFARAD sigue siendo una de las mejores publicaciones judías que actualmente se editan en todo el mundo, y la única plenamente subvencionada por un Gobierno nacional fuera de Israel. En el otoño de 1953, las actividades del ‘Yamin Nora im’ estaban dirigidas en Madrid por el Reverendo D. A. Jessurum Cardozo, de Nueva York. Estos servicios, a los cuales Franco expresó su reconocimiento personal, eran los primeros oficialmente autorizados en España desde la expulsión de 1492.
A principios de 1945 Franco permitió a la Agencia Judía que actuara en territorio español para facilitar la inmigración ilegal de los supervivientes de los campos de concentración a Palestina, donde por entonces los británicos impedían la inmigración judía. Tras la participación de Israel en los acontecimientos de Suez de 1956, a los judíos marroquíes se les prohibió emigrar a Israel. El Haham, Rabbi Dr. Solomon Gaon, fue recibido en varias ocasiones en privado por Franco, y España hizo todo lo necesario para el traslado en masa hacia Israel a través de Ceuta y Sahara Español, con la aprobación tácita del Gobierno marroquí. En 1960, en la clausura de la magnífica Exposición Bibliográfica Sefardita Internacional, que estuvo abierta al público durante un mes en la Biblioteca Nacional de Madrid, Franco concedió a Haham Gaon la alta distinción española de “Caballero de la Orden de Alfonso el Sabio”. En sus palabras de contestación al discurso pronunciado en judeo-castellano, Franco enjugándose las lágrimas, declaraba: “… el Gobierno español está orgulloso de haber podido salvar vidas judías durante la II Guerra Mundial y quiere hacer todo lo posible por aumentar los lazos culturales entre sefarditas y los españoles”. Y el “I Simposio de Estudios Sefarditas” se celebró en Madrid del 1 al 6-06-1964. El Gobierno español invitó a estudiantes judíos de todo el mundo a que leyeran documentos y publicaciones referentes a aspectos de la cultura sefardita. Sufragado por el Gobierno español, se publicó en 1970 un volumen de Actas de 781 páginas, un material indispensable para los estudiantes sefarditas y quizás el trabajo más importante aparecido en este siglo sobre estudios sefarditas. Tras la contienda entre árabes e israelitas de 1967, Franco dio órdenes a todos sus Embajadores en los países árabes para que concedieran pasaportes y visados españoles a cuantos judíos fuera posible. El Generalísimo Franco intervino personalmente en nombre de los judíos egipcios “apátridas” detenidos por Nasser e internados en condiciones inhumanas. Durante 1968, 110 de estas personas pudieron trasladarse a España.
En 1965 Franco fue el primer Jefe de un Gobierno español desde 1492 que recibía en audiencia a delegados de congregaciones judías en su propio país. A propuesta de Franco, el 14-12-1966, diecinueve millones de españoles votaron a favor de una ley  de concesión de libertad de culto para todas las religiones no católicas. Inmediatamente se concedió el permiso para la celebración de actos religiosos judíos públicos. El 16-12-1968 se inauguró en Madrid la primera sinagoga desde 1492. Para conmemorar el acontecimiento, el Ministerio de Justicia, por mandato de Franco, confirmó la derogación del Edicto de Expulsión de 1492. Se le envió de forma oficial el documento a D. Samuel Toledano, de la Congregación de Madrid, enviándosele una copia a Haham Gaon, en Londres. El 13-06-1971, para satisfacer un deseo largamente acariciado por él,  Franco, por Decreto 874 de 18-03-1964, incluido en “Actas” 61 3-5, devolvió al judaismo la antigua Sinagoga del Tránsito, de Toledo, de forma oficial; a falta de una comunidad judía, se le convirtió en un espléndido Museo Judío, en espera de su futura consagración como “Casa de la Oración Sefardita Judía”. Presidieron la inauguración del Museo, Haham Gaon y el Ministro español de Educación.
Cuando Tánger y Tetuán fueron incorporadas a Marruecos, el Gobierno español invitó a todos los habitantes judíos de estas dos ciudades a que se instalaran en España. En la actualidad, sólo la comunidad judía malagueña cuenta con más de 2.500 miembros. Por orden de Franco, un artista judío recibió el encargo de esculpir una estatua de Ibn Gabirol, que fue erigida en un parque de Málaga, donde había nacido el poeta. El 21-04-1972, se organizó una gran ceremonia en Málaga para conmemorar el 950 aniversario del poeta. Fueron invitados a los actos especialistas en literatura judía de las universidades españolas y del extranjero. Gracias a los esfuerzos de Franco, en 1972 España era el único país en el que, al margen de Israel, todas las Universidades estatales tenían un Departamento de Estudios Judíos. El “Sabat Vayislah”, 18 Kisley 5736 (22-11-1975), los coeditores de “The American Sephardi” acudieron a rezar un responso por el alma de Francisco Franco ante el arca de la histórica Sinagoga Hispano-Portuguesa, en la ciudad de Nueva York. Tras mencionarse su nombre, a petición suya, se añadió la frase: “sehu” azar hayehudim bime hamilhama hagedola (por su ayuda a los judíos durante la Gran Guerra).
Winston Churchill, en sus Memorias de la Segunda Guerra Mundial, afirma que “la última posibilidad de triunfo de Hitler fue frustrada por Franco, cuya “política durante toda la guerra fue totalmente egoísta… Únicamente pensó en España y en los intereses españoles… Este gran peligro había… pasado y, aunque no lo sabíamos, pasó para siempre. Está de moda en estos momentos explayarse sobre los defectos del General Franco, pero yo, por esta razón, quiero mencionar aquí la segunda intención… de sus conversaciones con Hitler… Y mencionaré también servicios mucho mayores que… prestó el General Franco a la causa Aliada”. No hay una sola palabra en los cuatro volúmenes de las Memorias de Churchill sobre la suerte de los judíos en la Europa ocupada. Dejando de lado cualesquiera otras consideraciones, los judíos deberían honrar y bendecir el recuerdo de este gran benefactor del pueblo judío… que ni buscó ni obtuvo ningún beneficio de lo que hizo.
Y este es el testimonio del rabino Chaim Lipschitz, del seminario hebreo Torah Vodaath and Mesivta, de Brooklyn, publicado en la revista Newsweek en febrero de 1970: “Tengo pruebas de que el jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de sesenta mil judíos durante la II Guerra Mundial. Ya va a ser hora de que alguien dé las gracias a Franco por ello”.  En el libro La banalidad del bien de Enrico Deaglio. (Editorial Feltrinelli. Milán, y publicada en España por Herder), en uno de sus párrafos, dice: “Si bien el papel de la España franquista en las operaciones de salvamento de los judíos europeos ha sido silenciado casi del todo, fue decididamente superior al de las democracias antihitlerianas. Las cifras varían entre 30.000 y 60.000 judíos liberados del holocausto. El filósofo e historiador alemán Patrik von zur Mühlen en su libro Huída a través de España y Portugal. (J.H.W. Dieta Nachf. Bonn), afirma que: “España hizo posible que más de 50.000 disidentes y judíos escaparan de los nazis.
Desde el rey Nimrod hasta nuestros días, a través de cinco milenios, según las leyendas hebreas, quedan escritos los nombres de los tiranos y de los enemigos de Israel en el Libro de la Muerte. Y el de sus protectores y amigos en el de la Vida. Pues bien, Francisco Franco tiene su nombre en el Libro de la Vida. Y con letras de oro. En las sinagogas de EE.UU. todos los 20 de noviembre se pronuncian un responso o “kadish” en memoria del hombre que libró a tantos hebreos del holocausto. Los judíos honran y bendicen el recuerdo de este gran benefactor del pueblo hebreo... que ni buscó ni obtuvo ningún beneficio de lo que hizo”, finaliza Patrik.
(Continuará el lunes próximo).

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