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Todos los detenidos negaron ser radicales, acusaron a la Policía de montaje y proclamaron su inocencia
El tribunal del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, en su Sala de lo Penal, dictó en la tarde de ayer autos decretando la inmediata puesta en libertad de los seis acusados de constituir presuntamente una célula, lo que dio pie al desarrollo, en dos fases, de la denominada ‘Operación Chacal’. La noticia se conocía al término de la última sesión judicial en la que todos los acusados se proclamaron inocentes al hacer uso de su derecho a la última palabra.
En los autos, a cuyo contenido tuvo acceso El Faro, se indica que “los artículos 504, 504 bis siguientes y concordantes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal autorizan la modificación de la situación personal de quienes están incursos en las causas criminales. Dado el estado de la deliberación y teniendo en cuenta el tiempo que llevan privados de libertad, se está en el caso de alterarla en el sentido de decretar la inmediata puesta en libertad”.
En los autos no se añaden más fundamentos y así les fueron notificados a las Defensas que desde la semana pasada han estado representando a los seis acusados, entre ellos varios hermanos de dos familias distintas que fueron detenidos en dos fases en 2015. A todos se les han aplicado medidas de prohibición de salida de territorio nacional así como la obligación de firmar los 1 y 15 de cada mes en el juzgado. Según fuentes judiciales, a la espera de que el tribunal dicte sentencia, esta decisión apunta a que la misma será absolutoria.
Los acusados habían tenido horas antes de recibir esta noticia el derecho de su última palabra, a sabiendas de que la Fiscalía ha seguido manteniendo sus peticiones de hasta 12 años de cárcel para el presunto líder y diez para el resto.
Aseguraron que la operación había sido un montaje de la Policía. La defensa de Farid Mohamded Al Lal pidió que en caso de que fuera condenado se le rebajara la pena por sufrir un trastorno de ideas delirantes y la de otro de los hermanos, que igualmente se le aplicara una eximente por sufrir una minusvalía mental del 66 por ciento.
Todos los acusados, a excepción de Farid Mohamed Al Lal, hicieron uso a su derecho a la última palabra, aunque este en el primer día de juicio ya negó también las acusaciones. Su hermano Mohamed aseguró que vive para su trabajo y para sus tres hijos y añadió que no es cierto nada de lo que se le acusa.
Otro hermano, Yunes, preguntó que cómo le pueden acusar de adoctrinar a su hija de 12 años cuando la niña aparece en las imágenes incautadas con pantalón vaqueros y el pelo suelto y apostilló: “Qué radicalización es esa”.
En cuanto a armas con las que aparece en fotografías incautadas dijo que se trataba de una escopeta que no funciona y pistolas de mentira y mostró imágenes de personajes famosos que aparecen con armas para argumentar que por ese mero hecho no se les acusa de yihadistas.
Anuar Ali Amzal negó que se estuviera entrenando para cometer un atentado yihadista: “Es injusto lo que hacéis con nosotros, no tengo nada que ver con el terrorismo, solo aparezco en un vídeo haciendo deporte, que hacía para sentirme bien y para vacilar y presumir con mi cuerpo”. Recordó que nunca estuvo preso y dijo que esta situación le está haciendo daño porque no ha hecho nada. “Me duele la injusticia y quiero mi vida con mi mujer. Bastante daño me habéis hecho”.
Dijo que se dedica a robar porque no tiene trabajo: “Esto solo es un montaje de la Policía que para justificar las detenciones tienen que decir mentiras pero también tenemos familias que sufren y lo pasan mal. Tengo a mi mujer y a mi madre a la que he de cuidar. Les pido por favor que me dejen estar con mi familia”.
Su hermano Reduan dijo que “echo de menos a mi familia y a mis hijos. Nunca he hecho nada a nadie, respeto a todo el mundo y quiero vivir en paz y ni soy capaz de hacer nada malo”. Por su parte, Abdel Abdel Lah Ahmed mantuvo que “no tengo nada que ver con lo que me acusáis, es injusto y espero y confío en que la justicia me absuelva. Reconozco que soy delincuente y que no soy un santo pero espero que seáis justos”.
El caso está visto para sentencia.
Les harán de devolver las medallas rojas que se otorgaron por este magnífico servicio, en detrimento de otros policías que sí lo merecían.
Espero que el nuevo ministro y en nuevo DGPolicía ponga en su sitio a todos los oportunistas, de todas las categorías, que se han beneficiado de todo tipo de prebendas, auspiciado por unos ineptos de corte "bíblico" con el visto bueno del peor ministro del interior de España desde que se impuso la democracia. Así nos va con la cúpula policial que tenemos. Gracias a Dios que no todos son iguales.