El caso de Yamna Boughalem, la argelina a la espera de radioterapia, siempre ha sido especial y resulta difícil no empatizar. Su vulnerabilidad, mastectomizada y alejada de su familia, movilizó a la Administración incluso antes de que su historia saliese a la luz. La Delegación del Gobierno confirmó ayer que este martes recibió ya su primera sesión en Algeciras, en el centro de referencia para los pacientes oncológicos de la ciudad autónoma.
La Asociación Española Contra el Cáncer en Ceuta (AECC) proporciona a la exresidente en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) alojamiento en la casa de acogida de la que dispone en el municipio gaditano. Así será solo durante el tiempo que dure ese proceso. Aparte, la institución estableció contacto para que otras instancias pudiesen garantizar su manutención dado que en estos momentos carece de fuente de ingresos.
El equipo de trabajadores sociales de la AECC, del CETI y el Servicio de Oncología del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) se involucraron desde el minuto uno en su causa. Solo estaban a la espera de la evacuación de la extranjera porque es necesaria a la hora de pedir la autorización de la Policía Nacional. Sin embargo, un comentario sobre el bloqueo de la comunidad argelina en Ceuta –fundado o no–, inquietó a Boughalem, quien optó por dar a conocer sus circunstancias a la opinión pública. Todo estaba gestionado en el Hospital Universitario para que ella se ahorrase el trayecto y en trámite para que la paciente pudiese cruzar el Estrecho para recibir tratamiento en Algeciras.
En cuanto a qué será de Boughalem cuando finalice la radioterapia, es decir, si regresará a Ceuta o permanecerá en la Península, dependerá de la evolución de su estado de salud y su situación administrativa en ese momento.
Ingesa comunicó a raíz de la publicación de su testimonio que, en virtud del Real Decreto-ley 7/2018 de 27 de julio, de acceso universal al Sistema Nacional de Salud (SNS), Boughalem reúne los requisitos para ser beneficiaria de radioterapia y está incluida dentro de los colectivos especiales que tienen derecho a asistencia sanitaria. De hecho, si hubiese una clínica como Radon en Ceuta, los residentes del CETI podrían acudir a ella puesto que su residencia está fijada en el centro del Jaral, en la ciudad.
Quienes no se han podido despedir de ella antes de partir a la Península este lunes solo desean que pronto pueda disfrutar de sus hijos con esa salud que con tanto esfuerzo trata de recuperar.