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La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía exige la dignificación de estas trabajadoras
La Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) de Andalucía presentó ayer su informe ‘Respeto y Dignidad para las Mujeres Marroquíes que portan Mercancías en la Frontera de Marruecos y Ceuta’ en el que denuncian el “trato denigrante” que sufren las porteadoras en la frontera del Tarajal. Especialmente las “vejaciones, abusos, trato degradante e incluso acoso sexual a las más jóvenes por parte de los cuerpos policiales a ambos lados de la frontera”.
Es por ello que ha iniciado una campaña ‘La injusticia a la espalda’ con un decálogo de propuestas de mejora de la frontera, de la situación de estas mujeres que son, de facto, trabajadoras transfronterizas y de la dignificación de su labor ante la permanente vulneración a sus derechos humanos. Asegura la entidad en su informe que son cerca de 7.000 las mujeres que se dedican al porteo en el llamado comercio atípico. Tanto esta forma de contrabando, como los abusos que sufren las porteadoras en la frontera ceutí son toleradas, dice el informe por las autoridades marroquíes, ceutíes, españolas y europeas.
Un equipo de investigación de la APDH Andalucía se ha entrevistado con las protagonistas del informe en la frontera de Ceuta y han constatado a través de sus testimonios no solamente las condiciones en las que tienen que trabajar, como es en verano las largas horas de espera al sol, sin acceso a agua potable y aseos, en la playa del Tarajal, sino también el trato que reciben por parte de autoridades policiales españolas y marroquíes.
Los abusos constatados
La asociación afirma que estas mujeres sufren a diario “vejaciones, abusos, trato degradante e incluso acoso sexual a las más jóvenes por parte de los cuerpos policiales a ambos lados de la frontera”. Y todo ello con bultos de entre 60 y 90 kilos y por menos de diez euros de media al día de ganancia.
Como ejemplo de esos abusos, especialmente en el trayecto de salida de Ceuta a Marruecos, algunos testimonios recabados por la ONG hablan de violencia tanto física como verbal. “Cuando estamos en la cola... si salimos de la cola, te agarra y te dice: “vuelve atrás”, y no habla contigo... te pega... a veces cuando no pega, tiene un cuchillo y te rompe la cuerda y tienes que recoger toda la mercancía y volver al final, sobre todo la policía local, esos no tienen compasión sinceramente”, explica Fatima, una de las porteadoras entrevistada por APDH.
Al otro lado del puente del Biutz la represión hacia las porteadoras por parte de las autoridades marroquíes es incluso más agresivas, como explica otra porteadora entrevistada por los investigadores de APDH: “En el túnel a una mujer mayor el policía marroquí le quiso romper el bulto la cuerda y le cortó el cuello y... la pusieron en una silla, la llevaron a Sania de Rmel, la llevaron a Rabat y allí falleció”.
¿Seguridad? en la frontera
El camino de las porteadoras comienza en la frontera del Tarajal en sentido de entrada a Ceuta. A primera hora de la mañana se agolpan en el puesto fronterizo marroquí, que abre a las 06.00 horas, para estar de las primeras de la fila en la entrada en el control español, que abre una hora y media después. Aquí APDH afirma que “la policía nacional les pide orden y tranquilidad. Igual que la gendarmería marroquí, únicamente revisan el pasaporte de la gente que necesita visado para entrar. Nada a las porteadoras, solamente que no corran, a primera hora de la mañana nadie pasa por el escáner de la policía nacional”.
Esta porosidad fronteriza, remarca la entidad, “está fundamentada en la contradicción entre la seguridad, frente a la agilidad que se le exige a la frontera dependiendo de la hora y del color de la piel de la persona”.
Las propuestas de APDH Andalucía para dignificar el trabajo de las porteadoras en Ceuta pasa por el cierre del puente del Biutz y la apertura de las instalaciones del paso del Tarajal II. Facilitar a la Policía Nacional y Guardia Civil un protocolo específico para el paso de las mercancías, la limitación del tamaño y peso del bulto y la apertura de una aduana comercial entre Ceuta y Marruecos.
La dimensión socioeconómica del comercio atípico
El informe constata que se tolera el llamado comercio atípico porque de facto es un motor económico para la ciudad de Ceuta y también para Marruecos. “En lo que se refiere a Marruecos, desde la perspectiva macroeconómica el comercio atípico le perjudica al tener que competir con el régimen fiscal ceutí en sectores estratégicos, como el textil... Sin embargo, a nivel microeconómico el comercio atípico es una fuente de empleo para la población del norte de Marruecos que, además, históricamente fue discriminada durante el reinado de Hassan II”. Es por ello que el país vecino no se plantea eliminar el contrabando en tanto podría acarrear una gran contestación social tanto interna como externa. En lo que se refiere a Ceuta, el comercio atípico tiene impacto positivo en la recaudación del IPSI y dinamiza la ciudad, según el informe de APDH Andalucía. “El polígono del Tarajal no existiría sin el porteo de mercancía, tampoco se podrían imaginar los grandes hipermercados de la ciudad sin el trasiego comercial ni la actividad portuaria sería tan intensa si la mitad de las exportaciones que llegan al puerto no abandonasen la ciudad en la espalda de las porteadoras”, reza el informe. Y concluye: “Así que en realidad el interés de la ciudad autónoma por regular el comercio atípico no es tanto por intereses económicos sino porque dificulta el turismo económico de la clase media marroquí por las largas esperas para cruzar la frontera y por la imagen que proyecta la frontera del Tarajal sobre la ciudad”.