La madrugada del 18 de noviembre, Mohamed Redouan decidió ponerse a los mandos de una furgoneta modelo Iveco, con matrícula francesa falsificada, con la que cometería el mayor error de su vida. Allí, en su interior, hacinó a 52 inmigrantes subsaharianos a los que cargó cerca de la frontera de Ceuta, en las proximidades de Castillejos. Pasadas las 2:15 horas, pisó el acelerador y con total desprecio por la vida de los inmigrantes, por la de los guardias civiles y policías que vigilaban el paso fronterizo y por la suya misma, arrasó con todo atravesando con gran violencia el Tarajal.
En esa alocada carrera se llevó por delante una de las puertas fronterizas y a punto estuvo de chocar frontalmente con una ambulancia. La carrera de este kamikaze terminó primero en la Almadraba y, después, en una celda de la prisión de Mendizábal en donde lleva ingresado ya siete meses. En Marruecos dejó mujer y tres hijos, aquí en Ceuta deja en manos de la Justicia el destino de su vida. El Ministerio Fiscal lo tiene claro: puso en peligro la vida de 52 personas, de las que cuatro terminaron con contusiones y varias lesiones que requirieron de tratamiento médico.
Hasta 20 años y medio de cárcel reclama que se le impongan, de acuerdo con el escrito de calificación inicial a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro de Ceuta, por considerarlo culpable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros -por el que pide una pena de 8 años de prisión-, otro de conducción temeraria -por el que pide 5 años-, un tercero de atentado contra los agentes de la autoridad -por el que reclama se le impongan 4 años y seis meses- y un cuarto de daños, por el que pide una pena de 3. A esto añade el abono de multas, la privación del derecho a conducir durante diez años amén del pago de las indemnizaciones en materia de responsabilidad civil por los daños causados en la puerta fronteriza que destrozó y las lesiones a cuatro de los subsaharianos.
La furgoneta partió de Castillejos cargada con los inmigrantes hacia Ceuta
Solo queda que el tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta señale apertura de juicio oral, después de que la instrucción llevada a cabo por el Juzgado número 1 haya terminado en torno a uno de los sucesos más crueles en el ámbito migratorio de los ocurridos en Ceuta. Porque en la madrugada del 18 de noviembre pudo haber ocurrido una auténtica tragedia derivada ya no solo de la carga de la furgoneta -las 52 personas iban hacinadas dentro del vehículo- sino de la temeridad de un pase que pudo haber dejado un reguero de heridos nunca visto durante su periplo.
Al tetuaní Mohamed Redouan E.A. le encomendaron el viaje a Ceuta de esta furgoneta que recogió en Castillejos. Estaba preparada para convertirse en un vehículo patera, solo faltaba el piloto kamikaze que se pusiera al volante y hallaron en la figura de este padre de familia al hombre adecuado. La Iveco Daily llevaba una matrícula falsa y su carga era un habitáculo completamente vacío en donde fueron subiendo uno a uno todos los subsaharianos que habían pagado por cruzar a Ceuta. La capacidad de carga no admitía a tantas personas, no había asientos, ni ventanas, ni ventilación. Y todo esto lo sabía el acusado como también quienes organizaron el pase y nunca fueron arrestados en Marruecos.
Con “consciente desprecio por la vida”, advierte la Fiscalía, cruzó la frontera sin reparar en el estado de los inmigrantes que tenían las puertas bloqueadas y por tanto no podían salir por sus propios medios. Tampoco reparó en los policías ni en los guardias civiles que le daban el alto. “Aceleró bruscamente a gran velocidad atravesando con violencia y estrépito el control de la Policía Nacional y Guardia Civil, golpeando una de las verjas y un coche, llegando a obligar a un agente a apartarse para no ser atropellado”, expone la Acusación.
Las lesiones y los daños materiales de la travesía
Cuatro de los inmigrantes tuvieron que ser asistidos de contusiones y lesiones provocadas en esta ruta temeraria que finalizó en la Almadraba, cuando la escapada de este marroquí, de 39 años, se truncó con la presencia de unidades de la Guardia Civil. Fue entonces cuando los inmigrantes pudieron salir de la furgoneta en una madrugada de lluvia y frío. Estaban desorientados tras horas atrapados en un vehículo oyendo solo gritos y sufriendo golpes. En esa ruta se llevaron por delante, por segunda vez en meses, una de las puertas de la frontera cuyos daños fueron valorados por el Gobierno central en 1.177 euros, poniéndose en evidencia los déficit de seguridad en el paso fronterizo.
Una madrugada de lluvia, gritos y miedo
Los subsaharianos que consiguieron entrar en Ceuta esa madrugada nunca imaginaron la furia que iba a marcar una travesía para la que nunca se está preparado. Ellos confiaban en cruzar la frontera como tantos otros compatriotas lo habían hecho, pero esa ruta se convirtió en suicida. Iban hacinados en la carga, sin ventanas por las que salir, solo escuchaban gritos, ruidos y notaban los golpes que iba dando el vehículo patera hasta que se detuvo tras perder varias piezas por el camino. Esa madrugada llovía como nunca y el viento arreciaba. Las cámaras de FaroTV grabaron el que sin duda fue uno de los sucesos más graves registrados y captaron el miedo de las personas que se alejaban del vehículo sin saber dónde se encontraban ni lo que les iba a pasar.
Aquella noche de lluvia, frío, gritos y mucho miedo, la Guardia Civil trabajó a contrarreloj para recoger los testimonios de las personas y conocer cómo habían conseguido cruzar, el modus operandi empleado, a sabiendas de que el piloto kamikaze no había actuado solo. Nunca se pudo detener a sus cómplices, tampoco saber algo más de la pequeña red que tuvo que organizar ese traslado. Sanos y salvos, los 52 inmigrantes fueron acogidos en el CETI, prestando declaración en el Palacio de Justicia para narrar lo sucedido. Esos testimonios forman parte del procedimiento judicial en el que también se han incluido las grabaciones de cómo se llevó a cabo esa entrada, gracias a la aportación de las cámaras de la frontera.
La pena que solicita el Ministerio Fiscal es elevada, pero acorde con la gravedad de un pase que dejó en el camino un reguero de daños. La entrada se sumó a otras también graves aunque nunca caracterizadas por tan elevado número de inmigrantes. Meses atrás una conductora kamikaze estrelló el coche que conducía contra un muro de una vivienda en Arcos Quebrados, dejando atrapados a los subsaharianos y causando graves lesiones a una inmigrantes. Esta fémina esta fugada, se sospecha que oculta en Marruecos y solo pudo ser condenada su hija, menor de edad, tras sentencia dictada por el Juzgado de Menores.
Años atrás, otro conductor coló a varios subsaharianos de la misma manera, siendo sancionado con una multa. Las fronteras de Ceuta y Melilla se han erigido en las puertas usadas por las pequeñas redes dedicadas al tráfico de inmigrantes que buscan, mediante el uso de vehículos y dobles fondos, introducir a personas a las que exponen a riesgos cobrando por ello. Trafican con sus vidas, no les importa la situación en la que los abandonan y se enfrentan a su detención con total y evidente desprecio al destino de estas personas.