Pudo haber sido una auténtica tragedia. La alocada carrera del kamikaze que coló a 52 subsaharianos en Ceuta, hacinados en una furgoneta, pudo haber terminado en una masacre. Y no solo por los daños que pudo causar a los propios inmigrantes, sino también a los ocupantes de una ambulancia del 061 con la que se topó en plena carrera. Tal y como han confirmado a El Faro, los sanitarios acudían a la frontera del Tarajal para recoger a un paciente con nacionalidad española que venía de Marruecos. Lo menos que podían esperar era encontrarse, ya en el camino en el que solo queda prácticamente un carril, con la furgoneta kamikaze que circulaba ya con las ruedas muy dañadas y "a toda pastilla", han detallado a este periódico.
"Iba sin luces, con restos de la verja de la frontera, sin ruedas y no se apartaba del camino". La pericia del conductor fue determinante, ya que reaccionó con rapidez saliendo de la carretera. El enfermero y el estudiante de Enfermería que iban en la parte trasera se dieron un golpe con las botellas de oxígeno, pero al menos se evitó un choque frontal que pudo haber sido mortal.
Algún día pasará una desgracia. Esta es una frase que se ha repetido en demasiadas ocasiones entre los componentes del equipo del 061, expuestos a situaciones adversas como la sucedida esta madrugada. El kamikaze no cesaba en su carrera, iba a toda velocidad escapando de las patrullas de la Guardia Civil. La ambulancia era un obstáculo más que no iba a provocar el cese de su escapada, ni mucho menos.
El Sindicato Médico apoya a los compañeros y recuerda, también en declaraciones a este medio, que la propia Benemérita se quedó sorprendida por lo que acababa de suceder. Por eso este sindicato ha pedido en múltiples ocasiones que Ceuta sea considerada zona de difícil cobertura y desarrollo, por escenas de conflicto como las vividas esta madrugada. Piden a Madrid que se reconozca el plus de peligrosidad para el 061, que ha vivido momentos extremos, agresiones, sucesos de todo tipo... Lo ocurrido ha sido milagroso, este lunes se podría estar hablando de una auténtica tragedia.
El conductor detenido, de origen marroquí, deberá responder de una actitud que ha cruzado todos los límites y que vuelve a empañar las crónicas de la migración que se suceden en esta ciudad. Los profesionales del 061 siguen trabajando, siguen dándolo todo, expuestos a episodios tan críticos en los que la labor por salvar vidas puede terminar arriesgando las suyas propias.