Es algo que nunca le pasó al bueno de Laarbi Mohamed. El que fuera presidente de la asociación de vecinos del Príncipe era y es popular hasta la médula. Nunca se ha escondido, ni mucho menos ha ido de tapadillo a los mítines de la gaviota. Aún así sabía que no debía mezclar su cercanía política con su gestión como presidente vecinal. Y lo entendió. A su renovación, Kamal, no le ha pasado lo mismo. Emergió en la barriada con la rumorología que le situaba como apuesta del PSOE por desbancar a Laarbi. Todos recordamos aquella tarde en la que la portavoz socialista, Inmaculada Ramírez, apareció para felicitarle y nos quedamos con cara de póker. Pero todos entendimos que ya el poder vecinal no era lo que pensábamos y las mezclas de lo político con lo social avanzaban de manera temeraria.
Kamal, el presidente de todos los vecinos del Príncipe, ha debido ver la luz e, iluminado él, ha sido capaz de llamarse a sí mismo mentiroso. Me explico, si ahora considera que todo el que vaya diciendo que no se ha invertido en el Príncipe miente debería tener cierta memoria y recordar lo que él solito dijo en este medio. Y digo él solito porque aquel 30 diciembre de 2010 llamó a este periódico, bien enfadado, para denunciar lo siguiente: “Los fondos europeos no se han distribuido adecuadamente en el Príncipe... sólo el 25% de las calles tienen instalaciones de saneamiento... la situación del vecindario es crítica. El problema habría que afrontarlo de raíz, pero falta voluntad política”. Remató su brillante intervención con un “la Ciudad ha desaprovechado los medios económicos”. Todo eso está escrito porque Kamal lo dijo, y como hay a quien le gusta mucho las hemerotecas, pues ahí la tienen. Pero ahora algo ha cambiado. Podría pensar que todo un presidente vecinal está jugando, pero sería duro. Podría pensar en mil y una mierdas políticas, pero mi sentido democrático me lo impide. Prefiero pensar que Kamal ha visto la luz al final del túnel y ha quedado maravillado para cambiar tan pronto de opinión. ¿Cómo se llamaba esto en mi pueblo?, ¿chaqueteros?... Tengo claro que si yo fuera candidato preferiría tener a mi lado vecinos que me cuenten la verdad y no lo que algunos quieran oir, aunque para ello les hayan iluminado.