Punto y final a las distintas sesiones señaladas en Ceuta para esclarecer el crimen de ‘Abslam’, el churrero del Príncipe a quien arrebataron la vida de un disparo en el rostro en noviembre de 2021 cuando estaba trabajando en una hamburguesería.
Los componentes del Tribunal del Jurado han podido escuchar los informes de las distintas partes personadas. Ahora está en sus manos dictar veredicto de culpabilidad o no; un veredicto que tiene que estar suficientemente fundamentado.
Tienen por delante un periodo de deliberaciones para llegar a la conclusión más justa y adecuada para así, aun siendo un tribunal no profesional, hacer justicia.
En su derecho a la última palabra el acusado ha repetido que: “Soy inocente y pido mi libertad”.
El representante del Ministerio Fiscal ha sido el primero en tomar la palabra para dirigirse a los jurados y exponerles su convencimiento de que A.S.A. es culpable de este asesinato. Ha hecho mención a los tres testigos protegidos que han situado al acusado en distintos momentos y espacios en aquel 15 de noviembre, siempre acompañado de una pistola y vestido con ropa oscura.
Clave ha sido la identificación clara que uno de estos testigos ha realizado, precisamente es la persona que esa noche se encontraba a las puertas de la propia hamburguesería, siendo testigo directo de todo.
Se trata de declaraciones de testigos protegidos a las que “hay que darle importancia” porque son personas que “tienen miedo” pero han demostrado “un gran valor” al mantener su declaración en sede policial, en instrucción y ahora en la fase estelar que supone el acto de juicio oral, ha reseñado la Fiscalía. Algo difícil de encontrar en cualquier procedimiento que tenga que ver con crímenes ocurridos en el Príncipe.
El representante de la Acusación Pública ha destacado la forma “serena” con la que han narrado los hechos “sin entrar en sentimentalismos o cualquier otro tipo de circunstancias”.
Todos ellos han declarado bajo juramento y advertencia de su deber de decir la verdad. Fiscalía ha destacado la pureza en las intenciones de estos testigos, careciendo de sentido que estuvieran señalando al acusado en falso buscando culpar a quien nada habría hecho.
Frente a esto, ¿qué coartada ofrece el acusado? Ninguna, ya que no ha aportado ni una sola declaración, ni un solo testigo que confirme su versión. Fiscalía ha recalcado que únicamente se ha centrado en la negación, sin más, en decir que “no estuvo ahí”, por lo que no genera siquiera dudas razonables.
“No tenemos duda de que el autor del disparo es la persona que tenemos aquí acusada”, ha mantenido. Fiscalía sostiene además que se produjo un delito de asesinato y no de homicidio, ya que la víctima no pudo siquiera defenderse ni tampoco tuvo posibilidad de escapatoria. Pide que se le impongan 27 años de cárcel, 25 por asesinato y 2 por tenencia ilícita de armas.
El abogado de la Acusación Particular, Juan Olmedo, ha recalcado cómo en este caso en concreto nos topamos ante una víctima que no pertenecía a ninguna banda y a la que mataron porque sí.
“Su único delito fue ser un trabajador”, ha indicado. Lo mataron porque sí. “Murió por un disparo mortal de necesidad sin tener opción a sobrevivir o huir”, ha reseñado, aludiendo al lugar en donde fue disparado, un hueco en la hamburguesería de donde no podía escapar. No hubo rebotes, el disparo se hizo directo contra la víctima.
El acusado, acompañado de dos menores, acudía esa noche al barrio del Príncipe a hacer daño, a delinquir, puesto que protagonizó una hilera de disparos en una ruta por varios cafetines que terminó de la peor de las maneras, con el crimen de ‘Abslam’. Esa tarde estuvieron desde las 18:30 horas disparando hasta que toparon con la víctima.
Olmedo no ha olvidado a la viuda de ‘Abslam’, que representa el daño colateral de la acción criminal del acusado. Ramia perdió a su marido y se quedó con una vida quebrada, destrozada para siempre sin pareja ni futuro compartido.
El letrado ha solicitado al Jurado que dicten un veredicto de culpabilidad, considerando al acusado culpable de asesinato y tenencia ilícita de armas.
“Ni el sol, ni la luna, ni la verdad se pueden ocultar”, ha advertido al Jurado el abogado José Luis Pizarro, defensor de A.S.A, en su exposición. El letrado ha pedido a los integrantes de este tribunal no profesional que encajen todas las piezas para estar seguros de lo que concluyen antes de llegar al veredicto.
Pizarro se ha retrotraído a ese 15 de noviembre cuando se recibe el aviso de un tiroteo en el Príncipe para empezar a dibujar un escenario de dudas, en el que no todo sería tan claro como se quiere presentar.
La fuerza y valía que la Acusación ha dado a los testigos protegidos ha sido cuestionada por la Defensa, que ha pedido que al igual que se da valor a esas declaraciones se tenga en cuenta los derechos de su cliente.
Pizarro ha indicado que la Policía tenía que haber corroborado las declaraciones de esos testigos, confirmar todos los extremos hasta verificar que la persona que los testigos señalaban con un nombre es quien hoy se sienta en el banquillo. Ha lamentado la inexistencia de una investigación más profunda pareciendo que se quisiera seguir una única línea hasta el punto de no hacerse rueda de reconocimiento de su cliente.
También ha criticado que esos testigos no acudieron a declarar hasta días después del crimen, cuestionando por qué no se presentaron nada más presenciar el suceso, es decir, cuestionando su valía de raíz.
Para la Defensa, la Policía estaba dando palos de ciego sin saber cómo encajar las piezas y buscando contactar una cosa con otra hasta que se produjeron las declaraciones de los testigos bajo protección.
Pizarro ha defendido a su cliente, que podía haberse negado a responder al fiscal y al abogado de la familia de la víctima pero ha optado por atender a todo lo que se le preguntara “contando la verdad”. Ha advertido que es la Acusación la que debe probar que su cliente es culpable, no él.
¿Y el móvil del crimen? Solo los psicópatas matan por placer, ha recordado la Defensa, quien ha indicado que en este caso no existe motivo alguno que llevara a su cliente a matar a ‘Abslam’ al no haber una animadversión previa entre ambos o un dato que motivara dicho enfrentamiento. De igual manera ha cuestionado que el disparo que mató al churrero fuera directo y no de rebote.
Ha solicitado al jurado un veredicto de no culpabilidad indicando que no hay una persona que identifique claramente a su cliente disparando a la víctima. “Si no ha sido él” y lo condenan “hay un problema: el autor sigue en la calle”.
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