Ocho de los catorce acusados de participar en una red organizada de inmigración clandestina de menores marroquíes que cruzaban el Estrecho de Gibraltar en embarcaciones 'toys', pateras, barcos pesqueros, motos de agua o bajos de camiones han reconocido los hechos imputados por la Fiscalía, aunque sus penas se conocerán cuando dicte sentencia la jueza de la Audiencia Provincial de Asturias.
Seis de los catorce acusados, entre ellos el educador y la cocinera de un centro de acogida de Oviedo, han rechazado las acusaciones de pertenecer a una banda criminal o que hayan recibido dinero por realizar algún tipo de actividad criminal relacionada con la entrada ilegal de menores.
Los menores eran captados en Marruecos para su posterior entrada en España, de forma clandestina, cruzando los puestos fronterizos entre ambos países con documentación falseada, ocultos en los bajos de camiones o bien pasando el Estrecho en embarcaciones 'toys', pateras, barcos pesqueros o motos de agua.
Las víctimas de esta red hacían a nado los últimos metros que les separaba de la costa, sin la más mínima seguridad, con elevado riesgo para su vida e integridad física, lo que era conocido por todos los integrantes del grupo organizado.
Una vez en España eran documentados como menores extranjeros no acompañados
Una vez en España, los menores eran documentados como 'mena' y derivados a centros de acogida para menores extranjeros. Su destino final era el norte de España, principalmente Asturias, donde la organización tenía conocimiento previo de la existencia de plazas vacantes.
Una vez en España, los menores eran documentados como 'mena' y derivados a centros de acogida para menores extranjeros. Su destino final era el norte de España, principalmente Asturias, donde la organización tenía conocimiento previo de la existencia de plazas vacantes.
Si no eran interceptados, se alojaban temporalmente en domicilios de miembros de la red organizada para su posterior traslado al Principado.
Dentro de la organización, los distintos integrantes ostentaban diferentes roles y funciones, previamente concertadas entre ellos, que abarcaban la captación de menores en Marruecos, el cruce del Estrecho vía marítima o terrestre, el traslado interno de los menores por la Península, la distribución en los centros de acogida y posterior seguimiento y control de los mismos hasta la obtención de la documentación pertinente que les proporcionaba la estancia en los centros hasta su mayoría de edad.