La Sección Sexta del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha atendido una denuncia de la asociación Unión de Oficiales de la Guardia Civil ante los riesgos para la seguridad y salud de los agentes de la Compañía de Seguridad que están destinados en el muelle de la Puntilla. El juez ordena que la Inspección de Trabajo analice estas instalaciones para evaluar los riesgos que pueden suponer para la salud de los trabajadores allí destinados, especialmente ante la existencia de un cargadero de combustible líquido que podía vulnerar la normativa en vigor. La denuncia fue trasladada por el delegado de Ceuta y vocal de la Junta Directiva de la asociación, Raúl Narváez.
Tal y como se denunció ante el tribunal, “las embarcaciones siguen realizando maniobras de carga y descarga en el muelle, atracando frente al edificio” en el que se ubican los componentes de la Compañía de Seguridad. “El desplazamiento de las embarcaciones unos metros no evita que la zona se inunde con los gases que desprenden los motores, la limpieza de tanques así como las maniobras de carga y descarga de los combustibles”.
Las quejas de la asociación, recogidas por el malestar de los propios guardias, llegaron hasta la Comisión de Riesgos Laborales del Consejo de la Guardia Civil, informándose allí de la disponibilidad del Puerto para hacer una medición de gases y evaluar los riesgos. “Algo llamativo cuando antes de ocupar este edificio se supone que se habían hecho”, añade la asociación. De esa evaluación se apreciaron riesgos “de tipo moderado” aunque solo se hizo una “simple observación” sin tener equipos técnicos que pudieran ofrecer un análisis más riguroso. “Adoptaron medidas que no han sido eficaces, al parecer se acordó que los barcos de mayor calado atracaran en otra parte y los de menor, unos metros más lejos, pero se sigue haciendo lo mismo”, añade.
La asociación, que se congratula de la respuesta judicial dada, denuncia que en un principio por parte de la Guardia Civil se negó que hubiera riesgos, alegando que se habían hecho evaluaciones antes del traslado. “Pero se han dado episodios de irritaciones de ojos, toses y malos olores, incluso teniendo que desalojar las instalaciones”, matiza la asociación.
El edificio que ocupan los componentes de esta Compañía podría ser “objeto de riesgos no controlados e insalubre y, por tanto, peligroso para los guardias civiles” que llevan desde 2015 en este punto del muelle. Diariamente se manipulan cerca del mismo miles de toneladas de combustible y derivados de petróleo “altamente tóxicos y cancerígenos”, habiendo además niveles “inaceptables de ruido, malos olores, emanaciones…” además de posibles riesgos añadidos como los derivados por un vertido.