El presidente de la Ciudad y del PP de Ceuta aprovechó ayer la visita del ‘número 3’ de su partido a nivel nacional, Elías Bendodo, para poner punto final al culebrón sobre cómo quedará la gobernabilidad de la Ciudad esta legislatura tras la negativa de Ferraz a permitir al secretario general del PSOE local, Juan Gutiérrez, consumar el ejecutivo de coalición que había exigido a los ‘populares’ como condición para seguir dando respaldo a sus iniciativas en minoría.
En lugar de aceptar cualquier condición para asegurarse cuatro años de relativa tranquilidad, el presidente ha optado por ser coherente y no transigir ni con los vaivenes de los socialistas (que desde Madrid no aceptan la apuesta de Daoiz, que tampoco ha sido capaz o ha tenido arrestos para hacerla valer o al menos dar explicaciones) ni con la difícil cohabitación que en el mismo Consejo de Gobierno podría suponer tener a formaciones con visiones contrapuestas sobre cuestiones fundamentales como cuál debe ser el funcionamiento de la frontera.
La decisión de Vivas de gobernar en solitario exigirá del PP un esfuerzo constante de negociación para sacar adelante los Presupuestos de cada ejercicio y cualquiera de las iniciativas que someta al Pleno, pero también pondrá a prueba la capacidad de la oposición para ejercer su responsabilidad como representantes de los ceutíes.
El presidente ha sabido poner el interés general por encima de cualquier cómoda componenda y de intereses partidistas, como ya había demostrado otras veces enfrentándose incluso al criterio de Génova, y ahora será necesario un ejercicio unánime de alta política para aprovechar esta legislatura.