La batalla contra el tabaquismo y sus letales secuencias sobre la salud tiene entre los adolescentes unos particulares aliados. Al menos entre los corresponsales juveniles, una figura que encarnan estudiantes repartidos a lo largo de los Institutos de Educación Secundaria de la ciudad, también del Campus universitario, y que sirven de enlace entre los centros educativos y la Casa de la Juventud. Ayer estaban citados en la sede de este organismo, dependiente de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer, para tomar conciencia de los riesgos de encender un cigarrillo y trasladar el mensaje a sus compañeros de aulas. La organización del taller de prevención, una iniciativa en colaboración con la Consejería de Sanidad y Consumo, forma parte del Plan Integral del Tabaquismo que impulsa desde hace años la Ciudad. De proporcionar datos y trasladar a los jóvenes los conocimientos básicos sobre la adicción y cómo combatirla se encargó Yolanda Fernández, técnico del área. Dos horas en las que transmitió una “información de mínimos”, básica pero esencial para concienciar al segmento más joven de la población de un mensaje clave: el tabaco mata y, entre otros daños irreversibles para el organismo, puede ofrecer su rostro más maligno en forma de cáncer. Entre su audiencia, una veintena de voluntarios que ayer integraban la tercera edición del taller. “Trabajamos con ellos unos conocimientos básicos sobre el tabaquismo, centrados en los riesgos de la adicción, pero también en los tratamientos para salir de ella y en los recursos disponibles”, detallaba Yolanda Fernández antes de iniciar su charla. El trabajo, puntualizó, se acota en una única sesión pero tiene continuidad en las actividades que a partir de ahora cada corresponsal juvenil propondrá a sus compañeros en clase, desde reproducir la información recopilada hasta la elaboración de paneles didácticos o la organización de certámenes artísticos o literarios con la lucha contra el tabaco como eje central. “Ellos, con nuestro asesoramiento, tienen libertad para organizar los actos que consideren oportunos. Intentamos que todo forme parte así de un engranaje que tiene como objetivo final difundir los mensajes que contempla el propio Plan Integral del Tabaquismo”, añade el personal técnico de la Consejería. La sesión de ayer tenía también la vista puesta en el próximo 31 de mayo, fecha en la que se celebra el Día Mundial sin Tabaco. Será coincidiendo con esa efeméride cuando la mayoría de los centros educativos acojan las actividades. Y el resultado final, confirma Yolanda Fernández, es palpable: “No disponemos, porque es muy difícil, de datos ni estadísticas sobre el impacto directo de los mensajes que transmitimos, pero sí es cierto que se observa cómo la tendencia al hábito y su prevalencia se reducen cuando se ponen en marcha actuaciones como las del Plan Integral”.