Todos hemos pasado por momentos complicados en la vida y siempre buscamos el aliento de nuestros seres queridos, las personas que siempre estarán para tendernos la mano cuando hayamos caído. Todo eso se desvanece cuando tienes que huir de tu propia casa por amenazas de tus propios familiares. Eso le ha ocurrido a S.C., un marroquí de 33 años que tuvo que escapar de su país hacia España por su condición sexual. La familia no entendía lo que le estaba ocurriendo y en vez de apoyarle, llegó hasta a amenazarlo de muerte por lo que tuvo que cruzar a nuestro país e ingresó en el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta.
Hace 7 meses llegó a España, cuando cruzó la frontera del Tarajal tal y como muchos compatriotas suyos la pasaban diariamente. Su vida no ha sido nada fácil en nuestro país, aquí también recibe amenazas diarias y este joven se encuentra desesperado por lo que pide abandonar nuestra ciudad para empezar una vida desde cero y tener una oportunidad para ser feliz. S.C., entre lágrimas, explica a El Faro de Ceuta los distintos episodios que ha tenido que aguantar mientras espera poder cruzar al otro lado del Estrecho. El joven cuenta que hasta en dos ocasiones ha tenido que acudir al Hospital Universitario por diversas agresiones que ha sufrido en el puerto. En una de ellas fue acorralado por varios menores y recibió una brutal paliza. De ese enfrentamiento, incluso, tuvo que recibir puntos de sutura en la nariz y sufrió varios cortes en los brazos y piernas. Desde entonces tiene miedo a salir del CETI, incluso a dar un paseo, ya que según denuncia es esperado por estas personas para “reírse” de él y recibir diferentes agresiones. S.C. se ha puesto en contacto con una abogada en Ceuta para que le ayude y pueda agilizar sus trámites.
Si nos adentramos en la vida de este marroquí dentro del CETI ha tenido luces y sombras. Al contrario de muchos acogidos, S.C. explicó que se siente “afortunado” por haber encontrado la ayuda en todo momento por parte de los trabajadores del centro. “Desde el trabajador social, psicóloga, seguridad... todos están siempre para ayudarme y siempre hablan mucho conmigo para hacerme la vida más fácil”, expresa este marroquí mientras esboza una sonrisa, la única durante toda la conversación. También quiso alabar la “buena comida” que le proporcionan y que siempre se sienten con la “atención necesaria” para cualquier percance.
En lo que se refiere a la vida con los otros compañeros, la cosa es distinta. Ha tenido que ser cambiado de habitación en varias ocasiones, siempre buscando su seguridad, ya que recibe las amenazas y las agresiones de los propios compañeros. “Esto es un infierno de animales”, así describe a los distintos internos que conviven en el lugar. La convivencia tanto en el recinto como en espacios aledaños no es una tarea fácil para “los más débiles” y por eso siempre tiene que intentar pasar “desapercibido” para procurar tener una mejor vida. En la última habitación se encuentra “más cómodo”, pero espera que el trabajo de su abogada termine dando frutos y pueda abandonar Ceuta cuanto antes.
El joven marroquí se encuentra escondido en nuestra ciudad porque no quiere que su familia sepa dónde se encuentra y pueda tener represalias contra él. Pero quiere ser atrevido y contar su historia por las personas que están pasando por la misma situación, por si puede ser escuchado y ayudado para poder tener una vida tranquila como cualquier ser humano.
Desesperado por recibir amenazas y agresiones
Es tal la desesperación por las distintas amenazas y agresiones que ha recibido durante su estancia en nuestra ciudad, que este interno ha querido quitarse la vida hasta en dos ocasiones. La primera de ellas se subió a uno de los techos del edificio y tuvieron que acudir rápido los trabajadores para evitar que saltara al vacío. Recuerda que lo internaron en una habitación solo y que recibía la visita únicamente de la psicóloga. La segunda vez tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario ya que ingirió mucha azúcar para que eso le provocara una subida de tensión. Gracias a la rápida intervención de los sanitarios pudieron salvarle la vida. Episodios que ocurren por la desesperación de buscar una vida mejor.
Si yo que tengo muchos años y soy gay y español y lo sigo pasando que será de ese chaval lo compadezco y más en un marrueco es en España un país que gracias a dios podemos denuncia cualquier cosa que sera que cuando llegues a una comisaría en marrueco la propia policía te pegue y se ria de ti
Esto pasa por culpa de la educación retrograda que se da en las familias sin aceptar la libertad sexual de cada personal amparándose en el pecado.
A veces la religión no es compatible con la libertad sexual.