José Ramón Torres Gil: “No echo de menos mi labor como docente”

José Ramón Torres Gil abrió ayer las jornadas de historia. Jubilado, enseñó hasta 1993 en Ceuta en el IES Siete Colinas, en el que ocupó todos los cargos posibles, desde interino hasta catedrático.

Uno de los impulsores de la asociación de antiguos alumnos, a la que se unió poco después de que empezara a andar, han pasado por sus aulas multitud de alumnos.
–¿No es un poco sorprendente que en unas jornadas de historia se trate la educación?
–Bueno, tiene que ver con el 75 aniversario de la Facultad de Magisterio en Ceuta. No soy un erudito, para ello hay tesis pero puedo hablar de mis anécdotas, que es lo que he traído. He sido alumno y profesor en todas las escalas: contratado, interino, agregado numerario y catedrático sin salir del mismo edificio, porque cambiaba de instituto pero era la misma construcción separada por un tabique.
–Va a hablar del cambio entre el Instituto Hispano-Marroquí y el Instituto de Enseñanza Media. ¿Cómo fue?
–Lo cierto es que no lo notamos, la enseñanza continuó de la misma manera, no hubo cambios a nuestro nivel, más que de nombre. Como también se cambió de nombre años después, en el momento en el que los institutos dejaron de llamarse por números y los claustros podían elegir cómo llamarse.
–¿Y por qué eligieron ‘Siete Colinas’?
–Surgieron varios nombres, mientras que en la Península se optaba por alguien local, nosotros nos inclinamos por un nombre que sonara ceutí. Además de ‘Siete Colinas’, salió el nombre de ‘Septem Fratres’, entre otros, pero el que escogimos nos pareció el nombre que mejor sonaba, más amigable, y también representativo. Luego el ‘Abyla’ siguió el mismo estilo, haciendo referencia a Ceuta, al igual que el ‘Almina’. Pero también alguno se puso después con algún nombre de personaje histórico, como ‘Enrique el Navegante’.
–Pero en todos los años en los que ha sido profesor, ¿cómo ha evolucionado la enseñanza?
–Se habla mucho del cambio de los alumnos. Antes respetábamos al profesor, y teníamos un gran respeto, que además era mutuo. Además, estábamos convencidos de que estudiar era útil y nos ayudaría a encontrar trabajo, algo que ahora no pasa. Como saben que, hagan lo que hagan, acabarán en la cola del INEM, pues no se esfuerzan como lo hacíamos nosotros.
–¿Han cambiado los profesores?
–Sí, hay una mayor cercanía, aunque a veces es peligroso, porque hay que marcar distancias. No se trata de que a uno le tuteen, que eso no implica una falta de respeto. Se trata de que un alumno no se puede tomar ciertas confianzas, y no puede ver al profesor como amigo, porque un profesor tiene que juzgar al alumno.
–Ceuta fue uno de los últimos lugares en España en el que los institutos públicos fueron mixtos. ¿A qué respondía aquello?
–Eso no es del todo cierto. Mi hermana, mayor que yo, tiene fotografías con compañeros de clase chicos, yo iba con chicas a clase. Sucedió que, a principios de los años 70, cuando el mismo edificio tuvo dos institutos, se decidió administrativamente que en uno irían los chicos y en el otro las chicas. Era un caos, una puerta verde que comunicaba ambos institutos y no podía abrirse si no era por mutuo acuerdo, y generaba muchos problemas. Antes de 1980 eso ya se cambió, y los institutos comenzaron a matricular alumnos de los dos sexos; entonces ya se quitó esa separación absurda.
–Tras tantos años, ¿no echa de menos la docencia?
–Para nada, en cuanto la LOGSE me lo permitió, me prejubilé y tuve tiempo para hacer las cosas que siempre he querido hacer, y para las que antes no tenía tiempo.

 

Las jornadas continuarán hasta el viernes, pero no hay charlas mañana

Las jornadas que ayer se inauguraron en el Salón de Actos del Palacio de la Asamblea sobre la educación en Ceuta a lo largo de la historia continuarán hasta el viernes, aunque mañana miércoles no habrá charlas. Con ocasión del 75 aniversario de Magisterio en Ceuta, el Instituto de Estudios Ceutíes ha decidido dedicar sus jornadas a este tema.
Las conferencias comenzaron ayer con el ‘anecdotario’ de José Ramón Torres Gil, que durante décadas fue profesor en Ceuta, pasando por todos los cargos posibles; en las charlas también hablaron José Antonio Alarcón, director de la Biblioteca Municipal, y Mohamed Lachiri, este último escritor, periodista, traductor y profesor de Lengua Española en Casablanca. Nació en Ceuta en 1950, y ha traducido numerosas obras literarias españolas al árabe.
Esta tarde será el turno de Álvaro Velasco Aured, profesor del IES Almina, que hablará de la enseñanza primaria en Ceuta entre 1838 y 1874. Después será el turno de José Domínguez Palma, que hablará de la presencia educativa española en el Protectorado (tema de su tesis doctoral), y terminará la tarde José Luis Gómez Barceló. El cronista de la Ciudad hablará del Patronato Militar de Enseñanza de Ceuta.
Las jornadas se reanudarán el jueves, de mano de Francisco Sánchez Montoya y Pilar Gabiela Osuna Benavente, y terminará con una mesa redonda sobre el magisterio en la historia de Ceuta.
La clausura será el viernes a las 21.15 horas, después de un día dedicado a asuntos más contemporáneos.

Entradas recientes

La estafadora para la que piden prisión tras un engaño en Facebook

Las ofertas de alquileres vacacionales publicitadas a través de redes sociales pueden terminar constituyendo una…

28/07/2024

Así son los 4 microbuses que llegarán por vez primera a algunas zonas

Serán 4 y estarán además perfectamente adaptados para prestar servicio en aquellas barriadas que durante…

28/07/2024

La Ciudad acometerá un ‘lavado’ de cara en el Museo del Revellín

La Ciudad va a cometer unas obras de mejora en la sala de exposiciones del…

28/07/2024

Condenado por simulación: se inventó que inmigrantes le robaron

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha condenado a…

28/07/2024

Las barriadas, el PSOE y los “afines” del PP

Al PSOE le van a faltar los dedos de las dos manos para empezar a…

28/07/2024