Nadie lo conocía, pero el aspecto angelical, las ganas de guasa, la experiencia, fue lo suficiente para que cuando aterrizó en esta parte de nuestra querida Ciudad Autónoma de Ceuta, y cayera en la Compañía Fiscal, fuera un atardecer donde las dulces olas de la sabiduría inundaron, con mucho placer, a todos los componentes de un grupo tan bueno como la sabiduría popular nos pueda definir.
Fueron muchos servicios los que nos dieron esas confianzas y esos momentos donde pensar en compañía de una amistad ciega, como es el compañerismo, que siempre quiso inculcar a todos los que trabajaban con él.
Le gustaba un rincón de nuestra patria costasoleña, donde la familia de su actual pareja regentaba un chiringuito, que siempre tenía en su boca.
Era el oasis donde una persona podía llegar y pasar unos momentos muy agradables, con nuestro querido ‘Papitu’.
Siempre tenía en su boca a su mujer, y como si fuera el Sol naciente buscaba su querido retiro con ella.
Y llegó, querido amigo y compañero, ese preciso instante de cumplir tus 56 añitos y ver con buenos augurios que a partir de ahora volarás libre por el mundo de tus fantasías, y colgarás de una vez esa ropa verde que te identificó por muchos años.
Ya llegarán nuevamente esos lugares paradisíacos que te gustaban, en esas islas donde el tequila y el mezcal, con un chorrito de naranja natural aliviaban tu garganta, metido en esa piscina, que era la gloria bendita para ti.
Ahora ya en tu nuevo estado de retiro, te damos las gracias por ser tan buen compañero, como has sido.
Un gran abrazo por la fuerza que has gastado. Y un gran beso para que sepas que aquí has dejado una huella muy grande, que jamás se olvidará.
Hasta luego Jesús. Hasta siempre compañero.
Gran compañero y mejor persona. Siempre podrás contar con tu numero 1. Un beso grande y disfruta.