Y van creciendo nuestros enanos, en mi caso, enanas. Llegando el día que ves a la mayor salir de casa muy guapetona, con unos taconazos de plataforma que yo obligaría que tuvieran seguro a terceros, por lo menos. Primero el móvil, luego el whatsapp que es su nueva manera de demostrarnos empíricamente que necesitan su espacio. Al que, por supuesto, tú no estás invitado aunque lleves peleándote con la satánica maquinita un montón de días. Que por recortar ya, hasta las palabras. Mientras, me quedo con mi señora que discute con el recibo de la luz -anteriormente conocido cómo el de la electricidad- y tú convertido en tu padre, apagando luces de forma ilusa, como si con ello dejaras de pagar el alquiler del equipo, la moratoria nuclear, la REE, el ENE, la distribución... y los impagables consejos de los bien estacionados de la política. Estos últimos, especialistas en el tema, doctorados en la Master Enchufe School.
Tenemos en la tele sesión de Picardo y sus cooperadores necesarios. Sesión de bloques tirados al mar, aderezado con un buen aliño de paroxismo british. Mientras unos buscan la forma de congelar el infierno otros, más resueltos, parecen dispuestos a administrarle los bloques, uno a uno, por vía rectal al señor Picardo. Tratamiento que comentan que se le podría prescribir también a los Bárcenas, Lanzas y el resto de la partida. Me había repugnado poderosamente ver, esa misma tarde, la presentación en Tele 5 de un concurso para adelgazar protagonizado por jóvenes que padecen obesidad. Presentaron a un montón de ellos con un saquito con su peso colgando del cuello. Antes de empezar, cual tratantes de ganado, eligieron a los que iban a participar. Una de las eliminadas les recriminó: ‘Si antes se reían de mí, ahora más’. Todo vale para la maquina de picar carne para las audiencias. Todo está permitido, todo vale. Y a los jóvenes que padecen graves trastornos alimenticios, que no son pocos, demasiados quedándose en el camino, ¡que les den!. No vayamos a limitar algún derecho para proteger a alguien y nos tachen de fascistas. Eché de menos la critica ácida de algún EvaRisto, pero está claro, donde se come no se c...
Termino metiéndome en internet y leo un artículo que hace una defensa a ultranza de la prensa impresa y atacando con profusión a las redes sociales, los blogs, los diarios digitales... Eso sí, el artista lo había publicado en su blog y en otras redes de internet. Mundo de contradicciones. Menos mal que de vez en cuando alguien me demuestra que lee mis chorradas y me anima a escribir ¡Va por ti Fátima!