¡Oh Jerusalén!, por José Manuel Adán

Solo he ido una vez a Jerusalén, ya hará aproximadamente unos 15años y al viajar solo sin ningún grupo organizado, tuve que pasar una serie de controles exhaustivos en el aeropuerto de Barajas, por la policía española que me preguntaba una y otra vez el motivo del viaje, “turístico” respondía, donde trabajaba, que cargo tenía, si podía dar el teléfono de mi trabajo, naturalmente que sí, mire usted trabajo en el Ministerio de Hacienda pero a esta hora , las tres de la tarde no hay nadie, debe usted llamar algo más tarde.

Pasado el primer filtro le tocaba el turno a la policía israelita, el mismo cuestionario pero salteando las preguntas y marcando si hubiese alguna contestación diferente, si está usted casado ¿por qué viaja solo?

Había que estar con cuatro horas de adelanto a la salida del avión. Por fin pasé el examen y pude “ingresar” en el avión de la compañía El Al que me llevó a Tel- Aviv, desde allí a Jerusalén. La ciudad vieja es algo que nunca olvidaré y que estoy deseando repetir, pero cuando no hay un altercado, existe otro y es muy difícil aventurarse con cierto tiempo de anticipación a volver a visitar una de las ciudades más extraordinarias y que mayor impacto han causado en mi vida.

Debo decir que soy un creyente católico, pero no exagerado, seguramente Cristo ni se hubiera fijado en mí, del montón, hubiera dicho.

Rápidamente comprendes que es una ciudad irrepetible, cuna y raíz de las tres grandes religiones monoteístas del orbe

Rápidamente comprendes que es una ciudad irrepetible, cuna y raíz de las tres grandes religiones monoteístas del orbe por lo que de allí nunca desaparecerán cristianos, musulmanes ni judíos, es una joya que debe ser cuidada por los creyentes de las tres religiones, los lugares sagrados del paso de Cristo por los cristianos, las murallas y vestigios del templo de Jerusalén y la tierra de Abraham por los judíos y la mezquita Al- Aqsa, tercer lugar de peregrinación de los musulmanes por los musulmanes.

Por eso el hecho de que el Presidente de los Estados Unidos de América en una acción irreflexiva haya decidido trasladar la embajada de su país a Jerusalén, me parece de una irracionalidad fuera de lo común, a no ser que esté dentro de un plan integrador dirigido por las Naciones Unidas en el que se reconozca el Estado Palestino como capital en Jerusalén Este.

La irracionalidad de este personaje siempre la he soslayado porque tendría que analizar con más minuciosidad cada una de sus ocurrencias y prefiero dedicarme a mi país , donde también tenemos lo nuestro, hasta que metió el pie en Jerusalén.

El conflicto entre Palestina e Israel no puede eternizarse y las Naciones Unidas deberían respaldar vigorosamente la creación del Estado Palestino en toda su amplitud, que ya está reconocido por 137 Estados de los 193 de NN.UU, y frenar las ansias expansionistas de Israel como estrategia para devolver posteriormente algo de lo que se le exija.

La fiebre constructora en terreno palestino y el empobrecimiento continuado de ese pueblo sin despreciar el terrorismo como arma de estado por parte palestina es algo que debe solucionarse por la vía urgente del diálogo en el seno de las NN.UU con respeto a todas las Resoluciones de esta Organización. Israel debe poner fin a los asentamientos en territorio palestino y Palestina a actuar en represalia con el terror.

Recordemos que Palestina pertenecía al Imperio Otomano hasta su desaparición al finalizar la I Guerra Mundial. Tras el Holocausto durante la II Segunda Guerra Mundial, la presión para constituir un Estado judío aumentó.

En 1947 y como consecuencia de un informe del Comité Especial de NN.UU sobre Palestina a la Asamblea General de 3 de Septiembre de 1947 en el que señalaba que los motivos para el establecimiento de un Estado Judío en Palestina tenían sus raíces en “argumentos basados en fuentes bíblicas históricas” se designó a Gran Bretaña la administración de dicho territorio.

El 29 de Noviembre de 1947 la Asamblea General de NN.UU aprobó “un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén” , por lo que se procedió a la partición del territorio. La pérfida Albión, haciendo honor a ese título dejó de cumplir las promesas hechas a árabes y judíos lo que devino en enfrentamientos entre grupos paramilitares judíos y bandas árabes.

El nacimiento del Estado de Israel el 14 de Mayo de 1948 inmediatamente dio lugar a la primera guerra árabe- israelí, que los judíos llaman de la “independencia”, donde intervinieron contra Israel, Egipto, Jordania, Siria, e Irak.

Las consecuencias desastrosas para los árabes devino en la reducción a la mitad del territorio inicialmente asignado, por lo que 750.000 palestinos fueron expulsados por los judíos o huyeron a países limítrofes. Desde entonces los enfrentamientos en menor escala fueron la rutina hasta la Guerra de los Seis Días del 5 al 10 de Junio de 1967 en la que participaron contra Israel, Egipto, Jordania y Siria, guerra también ganada por Israel que arrebató la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a Jordania y los Altos del Golán a Siria.

De nuevo otros 500.000 palestinos tuvieron que abandonar sus hogares. La última guerra, denominada del Yom Kipur en 1973, de nuevo enfrentó a Israel , Egipto y Siria y permitió a Egipto recuperar la península del Sinaí. Egipto junto a Jordania fueron los primeros países árabes en firmar la paz con Israel.

Posteriormente Israel devolvió a los palestinos la Franja de Gaza pero los enfrentamientos de uno u otro calibre entre judíos y palestinos no han cesado.

¿No hubiera sido justo la creación de ambos Estados y la protección de Jerusalén tal y como había sido aprobado en la ONU?

El 29 de Noviembre de 2012 el Estado de Palestina es admitido en las NN.UU como Estado Observador No Miembro de la Organización según la Resolución 67/19 reafirmando además el derecho del pueblo palestino a un territorio bajo fronteras definidas antes de la guerra de 1967.

Para ser Miembro de pleno derecho se necesita la aprobación del Consejo de Seguridad en el que Estados Unidos niega su acceso. En Europa algo parecido, el 17 de Diciembre de 2014 el Parlamento Europeo apoyó púbicamente el reconocimiento del Estado de Palestina después de haber sido reconocido por los Parlamentos de España, Francia, Reino Unido, Italia e Irlanda, todos actos meramente simbólicos ya que han de ser los Gobiernos quienes reconozcan Estados.

En Europa solamente la Santa Sede y el Gobierno de Suecia (Mayo de 2015) han reconocido al Estado de Palestina.

Las dificultades para la creación de un Estado palestino ahora son enormes, territorio separado, capitalidad , apoyos, etc. ¿Por qué se pudo crear rápidamente el Estado judío y no el palestino cuando existía un territorio para los dos pueblos y en el caso judío los habitantes del nuevo Estado tuvieron que venir de otros países mientras los palestinos estaban en su casa?

¿No hubiera sido justo la creación de ambos Estados y la protección de Jerusalén tal y como había sido aprobado en la Resolución de Naciones Unidas? Después de tres guerras perdidas por los árabes el panorama ahora es más sombrío para ambas partes.

Los unos porque se les obliga estar permanentemente a la defensiva y los otros, porque sus luchas internas dificultan el gobierno de su pueblo y la solución al conflicto.

Pero ¿cuáles son las opciones que pueden solucionar el problema?, en mi opinión solo tres :

En primer lugar el mantenimiento del actual statu quo en el que el Estado de Israel mantiene su capital en Tel- Aviv y Jerusalén bajo su soberanía y la creación y de un Estado palestino reconociéndose respectivamente ambos estados. Esta solución la descarto por humillante para el pueblo palestino. En segundo lugar el establecimiento de dos Estados uno judío y otro palestino con capital en Jerusalén Oeste y Este respectivamente, reconociéndose respectivamente ambos Estados.

Esta opción pudiera ser la más viable, pero obliga a Palestina a gobernar en dos territorios separado (Franja de Gaza y Cisjordania). La última opción que vislumbro, es la de creación del Estado Palestino reconociéndose mutuamente con el Estado de Israel y la ciudad de Jerusalén con un régimen especial fuera de la soberanía de ambos Estados ,reconocida como ciudad protegida y gobernada, cada cinco años por judíos o palestinos alternativamente.

Esta última es la opción que prefiero coincidente con la resolución de 29 de Noviembre de 1947, ahora difícilmente realizable. En todos los casos es necesaria la creación del Estado de Palestina.

El hecho de mantener a toda costa por parte de Israel, la capitalidad en Jerusalén mediante la ley fundamental de 1950 enmendada en 1980 para anexionar la parte oriental y considerar Jerusalén como capital de Israel, tiene como consecuencia el alargamiento indefinido de los conflictos en la región, con Estados Unidos, Arabia Saudí, Irán y Siria en la sombra de cada uno.

Espero que no se lleve a efecto porque los palestinos no lo van a consentir y se producirá un enfrentamiento bélico que de nuevo perderán pero aplazará una vez más el “eterno” conflicto de Jerusalén.