La Isla de Coco, esta situada a 500 Km. de Cosa Rica, su origen es volcánico y su superficie es de unos 24 Km. Ha sido refugio de piratas, presidio, quimera para aventureros y en la actualidad Parque Nacional.
El descubrimiento de la Isla de Coco, se atribuye al español Juan Cabezacas sobre el año 1525, aunque la primera representación sobre un mapa se le atribuye a Nicolás Desliens (1542), quie la denomina “Ile de Coques” (Isla de las Cáscaras).
Desde los siglos XVII al XIX la isla se convierte en refugio de piratas y escondrijo de los tesoros, frutos de sus fechorías. Se estima que en la actualidad podrían estar enterrados tesoros por valor de un billón de dólares. Uno de los mas afamados es el capitán William Thompson, quien se cree escondió en estas tierras en Gran Tesoro de Lima (1821).
Muchos aventureros han probado fortuna en los tesoros enterrados en la isla. El más destacado es Augusto Gisller, que empleo en esta labor más de 20 años de su vida, sin ningún resultado.
La Isla de Coco, es un lugar único, prácticamente es la única tierra visible en la microplaca tectonica. Para asegurar su conservación y evitar la pesca indiscriminada de tiburones, en 1978, se declaro Parque Nacional. Hoy día, Costa rica posee un Patrimonio Natural protegido, que abarca el 27% de suelo.
Los tiburones abundan en sus aguas, sobre todo los martillo y sus fondos están llenos de vida. Sus costas son escarpadas, donde abundan los riachuelos y existe una vegetación exuberante.
Nuestro periplo empezó en Puntarena, pequeño pueblo pesquero del Golfo de Nicoya, donde embarcamos en el Okeanos Agressor. Este barco hace las delicias de los amantes de la naturaleza y los profesionales de la imagen submarina. Nuestra travesía duro aproximadamente unas 36 horas.
Al amanecer empezamos ha divisar la Isla de Coco. Llama la atención como comentábamos anteriormente, su vegetación exuberante de verde intenso, que contrasta con una mar azul turquesa.
Una de las tantas incursiones que hicimos a tierra, fue a la Bahía de Chatham. En bajamar y en la desembocadura de un riachuelo, aparece gravada, en las rocas, parte de la historia de esta isla. En estas aparecen nombres, fechas y marcas, posiblemente de los barcos balleneros que recalaban en esta isla en el siglo XIX. La inscripción más moderna que pudimos ver, fue la de la Sociedad Costeau, realizado en 1987.
Por un pequeño camino, estrecho y lleno de vegetación, podemos subir a la zona más alta de la isla, donde anidan loas aves marinas. Desde este maravilloso lugar, podremos contemplar una vista panorámica única
Una de las zonas de la isla que merece la pena visitar es la Bahía de Wafer. El desembarco hay que realizarlo a nado, solo con el equipo básico de buceo y fotográfico. Una vez que se arriba a la playa, hay que subir una considerable pendiente, llena de maleza, hasta llegar a una laguna, donde el agua cae en forma de cascada de una considerable altura. Merece la pena visitarlo.
Uno de los lugares más impresionantes para bucear en Coco, es “Piedra Sucia”. Esta se encuentra mar adentro, al oeste de la Bahía de Wanfer. Es un islote pequeño, donde la corriente y la profundidad dificultan el buceo. Sin embargo, es unos de los puntos mas impresinates para realizar buceo y especialmente fotografía, ya que en este lugar se reúnen gran cantidad de tiburones martillo (Sphyna lewini). Esta impresionante cantidad de tiburones martillo, se debe a que la utilizan para que los “peces limpiadores” los despojen de los parásitos y también para cazar las mantas rayas que abundan en estos fondos
Al otro extremo de la Bahía Wafer, al nordeste, se encuentra la Isla Cáscara (Vicking Rock). En el fondo hay gran cantidad de tiburones coralinos de punta blanca (Triaenedon obesus).
El estrecho de Challe, separa la Isla de Coco del Islote Manuelita. Este islote es el más grande de los que rodean a Coco. En sus aguas podemos ver gran variedad de fauna: como los cardúmenes de jurel azul (Caranx melampygus) y de jurel ojón (Caranx sexfasciatus).
Si nos direjimos a la cara oeste de Manuelita, nos encontraremos con Isla Pájara. Sus fondos esta formados por grandes bloques de roca volcánica, donde no abundan las gorgonias, pero en contraposición encontramos gran variedad de especies como: peces cirujanos ( Acathurus nigricans), los llamativos peces bandera (holocanthus passer). Pero indudablemente lo que llama la atención de Isla Pájara, es su abundante población de mantas raya (Taenniura meyeri), que la encontramos enterradas a una profundidad de 35 m y en una gran extensión.
Finalmente, y después de diez días a bordo del Okeanos Agressor, pusimos rumbo de nuevo a Puntarenas, para después dirigirnos a San José de Costa rica, y posteriormente coger un vuelo que nos devolviera a España.
La Isla de Coco, que antaño fue refugio de piratas y balleneros, es hoy día un santuario de vida que hay que preservar para futuras generaciones.