¿Quién boicotea el Plan de Empleo?

Se aseguró que para el mes de septiembre se firmaría la orden ministerial que permitiría el pistoletazo de salida de los Planes de Empleo de la Administración General del Estado. Caminamos hacia el cincuenta por ciento del noveno mes del año y no aparece la luz al final del túnel. Y más de un dirigente político con responsabilidades importantes se está tirando de los pelos, porque se están convenciendo que alguna mano negro en forma de director general o subdirector general está poniendo unas trabas que no se entienden.
Porque resulta que los nueve millones que tiene garantizados Ceuta para este Plan de Empleo figuran en los Presupuestos Generales del Estado para el presente año y así figuraban en las cuentas públicas cuando los Presupuestos fueron aprobados por el Congreso de los Diputados y el Senado.
Porque aquí no nos podemos olvidar que el primer tema que abordaron el presidente de la Ciudad y el delegado del Gobierno, tras el nombramiento de éste a finales del mes de diciembre fue, precisamente, la petición que hacia el ejecutivo al Gobierno central para que los Planes de Empleo fueran gestionados por la Ciudad Autónoma. Y desde la Plaza de los Reyes no se puso ningún problema y el mismo Francisco Antonio González Pérez envió una carta al Ministerio de Empleo y Seguridad Social reiterando que no existía ningún obstáculo a este fin concreto.
Cuando todavía no se habían aprobado los Presupuestos Generales del Estado por parte del Gobierno, circunstancia que sucedió a finales del mes de marzo, que fue cuando se enviaron al Congreso de los Diputados las cuentas públicas, el entonces consejero de Economía y Empleo, Premi Mirchandani, se desplazó a Madrid para mantener el primer encuentro en relación con los Planes de Empleo. De allí salió diciendo, publicado está, que durante la primavera se publicaría la Orden Ministerial que definía el Plan de Empleo para este año. A finales de abril, las competencias en materia de Empleo fueron asumida por la Consejería de Presidencia y Gobernación, cuya máxima responsable es Yolanda Bel, quien no llevaba una semana en el cargo cuando ya había solicitado un encuentro con responsables del departamento ministerial. Pasaron tres semanas y no le habían contestado. Asistió a una sectorial y tenía la esperanza de abordar allí la problemática, pero entonces la emplazaron para un encuentro en los primeros días de junio, que luego se aplazó por problemas de agenda de los responsables madrileños. Al final, el día de San Antonio, ambas administraciones se sentaron a hablar. Ceuta expuso sus pensamientos y algunos de ellos no fueron aceptados, pero en la práctica no había ninguna diferencia entre el Ministerio de Empleo y la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Es más, la propia consejera se trajo para nuestra ciudad un borrador de orden ministerial para estudiarlo que, casi no fue retocado por el Gobierno autonómico y se devolvió a las pocas fechas. Con lo cual desde el veinte de junio se habían cumplido todos los trámites. Incluso hubo la promesa de la visita del subdirector general de Empleo, que sí fue a Melilla, quizás por contar con mejores conexiones aéreas y que todavía no ha pisado Ceuta porque debe perder dos días, ya que desde finales de junio no contamos con helicóptero.
Se cuenta ahora que existía un problema administrativo en el sentido que el montante global de los nueve millones de euros asignados al Plan de Empleo venían con un epígrafe de Administración General del Estado cuando en realidad debería haber sido situado en Corporaciones Locales porque Ceuta es quien los iba a gestionar.
Lo cierto es que algún problema administrativo está dilatando la puesta en marcha de los Planes de Empleo. Y al final los perjudicados son los cerca de mil personas que pueden comenzar a trabajar en los mismos. Y la culpa no la tiene, a buen seguro, ni el Gobierno ceutí ni la Delegación del Gobierno, porque sabemos que están día tras día intentando desbloquear la situación en Madrid. Algún cargo de tercera o cuarta categoría dentro del Ministerio es quien tiene la llave. A lo mejor, al final, va a hacer falta que alguien descuelgue el teléfono y hable con Fátima Báñez para que el culpable reciba el tirón de oreja por no encontrar la solución. Y si la solución es que este año es necesario que Delegación vuelva a asumir el Plan de Empleo, que lo haga, porque, en definitiva, después deberá contar con el apoyo administrativo de la Ciudad para sacarlo adelante.