El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta acoge a personas con discapacidad que se han convertido en el eslabón más débil en unos tiempos complicados, afectados por la pandemia del coronavirus. Tras las puertas del Jaral viven 5 invidentes, todos marroquíes, que llegaron a la ciudad entre septiembre y noviembre del año pasado. Este sábado la tragedia se ha cebado con uno de ellos, quien ha ingresado de madrugada en el Hospital Universitario con graves heridas en uno de sus ojos. Está siendo sometido a una intervención quirúrgica compleja, mientras en el CETI sus compañeros lamentan lo ocurrido y piden ayuda. Por la tarde Ingesa confirmaba que la operación había resultado exitosa y el afectado se estaba recuperando en el HUCE.
En declaraciones a El Faro de Ceuta, sus amigos explican que estaba limpiando la habitación cuando se le cayó la escoba al suelo. Al ir a recogerla se clavó accidentalmente el mango en uno de sus ojos. “Había mucha sangre, vino una ambulancia y se lo llevó al Hospital. Youness gritaba…”, narran recordando lo sucedido esta madrugada. Sus amigos Soulaman y Soufiane, que cruzaron la frontera con él, esperan noticias en el CETI, no saben qué sucede ni cómo quedará su compañero. Junto a ellos hay otros dos ciegos más que cruzaron el paso del Tarajal un mes después, buscando una acogida en el centro del Jaral y huyendo de un país en el que los invidentes no tienen derechos a pesar de las protestas públicas que han hecho en la calle.
El colectivo encuadra el accidente sufrido en las malas condiciones en las que, dicen, viven en el CETI. Malas condiciones porque llevan 8 meses esperando una salida a la Península que no llega, a pesar de formar parte de un colectivo especial con muchas necesidades. “Nuestra situación es muy fea”, denuncian. “Ahora nuestro amigo está en el Hospital y no podemos hacer nada. No tenemos ayudas. En el CETI nos dicen que todos los inmigrantes son iguales, pero nosotros no somos iguales, no podemos hacer las mismas cosas, necesitamos ayuda. ¿Dónde están nuestros derechos?”, se preguntan.
El accidentado se golpeó fuertemente “al inclinarse para recoger la escoba”, porque “estamos limpiando nosotros las habitaciones. Estamos mal, no tenemos compañía para salir a la calle y nosotros no podemos hacer las cosas solos. No podemos ver a nuestra abogada fuera, ni recoger dinero para salir”, detallan. La situación es complicada en un centro como el CETI y más aún para unas personas que solo piden ayuda y que ahora temen por la salud de su amigo. “Nosotros fuimos creados ciegos, necesitamos ayuda, por favor”, explican.
A DONDE ESTAN LA ASISTENTES SOCIALES SOLO PARA MARIA MANUELA PEPE ANTONIO PERO PA ELLOS NADIE ?
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Carmen Echarri, lo que tienes que decirles a estos invidentes es que regresen Marruecos y punto, pero quieren ir a la peninsula, no se para qué, pero mejor que vuelvan a su pais para que les paguen todo lo que necesiten. Ya está bien.