El Salón de actos del Edificio Sindical acogió este miércoles a mediodía la inauguración formal del campamento que durante cuatro días reunirá a 48 jóvenes migrantes menores extranjeros no acompañados con 16 estudiantes de Pedagogía de la Universidad de Málaga “futuros maestros” dispuestos a divertirse y “aprender juntos” en la ciudad autónoma hasta el fin de semana. Serán cuatro días “conviviendo y construyendo oportunidades de futuro que impacten positivamente en la sociedad ceutí y otros territorios de España”.
La Internacional de la Educación (IE), la Federación Estatal de Educación de Comisiones Obreras (FECCOO), CCOO de Ceuta, el Sindicato Europeo de Estudiantes (ESU), la asociación Pedagogía Ciudadana, la Fundación Investigación y Desarrollo de Estudios y Actuaciones Sociales (FIDEAS), la Ciudad Autónoma y otras entidades como Kera, asociación de Valencia, son las responsables de esta iniciativa sin precedentes.
A la puesta en marcha de la propuesta acudieron por parte de la Administración local tanto la vicepresidenta del Gobierno de Ceuta, Mabel Deu; como el director general de Presidencia, León Bendayán; y la jefa del Área de Menores, Toñi Palomo.
Begoña López, coordinadora del proyecto que para garantizar el derecho a la Educación al alumnado inmigrante o refugiado desarrollan FECCOO y la IE, explicó al finalizar la presentación que la ambición de los impulsores de la cita es poner en marcha “un campamento de inmersión educativa”, pero no para incidir de forma extraescolar en materias del currículo formativo sino “para que los participantes tengan la oportunidad de interactuar con otros adolescentes con retos, inquietudes y preocupaciones comunes”.
“Queremos que todos tengamos la oportunidad de trabajan, aprender y disfrutar”, resumió López. “Portaros bien”, pidió Palomo, “y ayudadnos a que todo salga bien”. Otra de las monitoras de la iniciativa remarcó ante los menores acogidos en ‘La Esperanza’ participantes que “nada de esto os lo da nadie porque sea muy bueno: el ocio y el tiempo libre, el deporte, la convivencia y la Educación son derechos y vosotros tenéis el deber de disfrutarlos”.
La iniciativa únicamente ha tenido que prescindir del espacio en el que, inicialmente, iban a poder pernoctar juntos los participantes en ella, que finalmente se ha caído de un programa en el que sí permanecen múltiples actividades grupales como paseos en kayak, visitas a distintos espacios de la ciudad, un pícnic o una sesión de cinefórum, entre otras que propongan los propios participantes, hasta el sábado cerca de medianoche, cuando terminará.
López y el resto de promotores están convencidos de que los universitarios con 18 ó 19 años y los menores migrantes con entre 15 y 17 podrán aprovechar ese “espacio de interacción, encuentro, convivencia y empoderamiento para aprender, algo que también haremos los docentes participantes, y desarrollar sus identidades y proyectos vitales”.
Marco teórico
La propuesta se enmarca en la línea de trabajo del catedrático Miguel López Melero, cuya metodología de enseñanza está basada en la cooperación, el trabajo en grupo y el razonamiento deductivo. “El Proyecto Roma nos da un aporte cualitativo al proyecto, que también persigue ayudar a garantizar el derecho a la Educación de los jóvenes que garantizan la ley y los acuerdos internacionales”, añadió Begoña López.
Desde su punto de vista “la Educación es la clave” y los beneficiados no solo los menores que pueden ver lesionado su derecho a ella, ya que se trata de mejorar términos de vida de interacción social, de convivencia, de combate del racismo y la xenofobia y de aprovechar el potencial de todos los jóvenes. La Internacional de la Educación está especialmente satisfecha por haber conseguido “llamar la atención y lograr el respaldo de organizaciones internacionales, estatales y locales para un proyecto en el que los estudiantes universitarios también se comprometen con la defensa del derecho a la Educación”. El proyecto pretende ser otro paso para afianzar “durante todo el año ‘Educación y refugio’ en Ceuta”.
Deu: “Sois nuestros niños y esperamos que este sea un encuentro formidable”
La vicepresidenta del Gobierno local, Mabel Deu, que en el nuevo Ejecutivo ha asumido también la responsabilidad de las competencias de Menores, se presentó este miércoles ante los niños migrantes acogidos en ‘La Esperanza’ participantes en el campamento como “una maestra”, una docente igual que su director general de Presidencia, León Bendayán, que la acompañó.
Ayudada por Palomo, Deu animó a los presentes a explicar sus aficiones deportivas o culturales y los proyectos que han desarrollado en el Centro de Realojo Temporal de Hadu o en iniciativas como las impulsadas por la asociación Pedagogía Ciudadana. Lo hizo con desigual fortuna debido a la timidez de muchos de los asistentes, aunque se mostró gratamente sorprendida por su nivel con el castellano.
“Sois nuestros niños y esperamos que este sea un encuentro formidable: queremos ver todo lo que vais a hacer y que lo disfrutéis”, animó la consejera, miembro de un Gobierno que, según el resto de organizadores, se ha “volcado”.
Los apuntes
IE ‘Educación y refugio’
La Internacional de la Educación (IE) y FECCOO desarrollan desde hace ya casi 4 años el proyecto ‘Educación y refugio’ en Barcelona, Euskadi, Valencia, Málaga y, desde el año pasado, en Ceuta, para garantizar ese derecho a los jóvenes migrantes. menores solos
“Oportunidades de aprendizaje”
El campamento que desde este miércoles se desarrolla en Ceuta está dentro de ese marco para “trabajar con menores no acompañados y ofrecerles oportunidades de aprendizaje y de convivencia con otros estudiantes que hemos ido sumando, en este caso estudiantes de la Universidad de Málaga y profesores de todos los niveles del ‘Grupo de Antequera”.
Una cuestión “ética” además de académica
El Proyecto Roma que capitanea Miguel López Melero, catedrático de la Universidad de Málaga, de cuya base teórica bebe ‘Educación y refugio’, parte de que “a través de la diferencia se mejoran y enriquecen los procesos de enseñanza y aprendizaje” y trabaja “de una manera muy diferente a como se suele hacer en las escuelas”. Desde su punto de vista “no es sólo una cuestión académica sino ética, porque no tiene que ver sólo con los contenidos, sino, también, con lo que nos vamos configurando a través de los mismos y cómo vivimos todo este proceso, porque en las clases no sólo se aprenden unos contenidos sino un modo de convivir”. El modelo busca “transformar los contextos escolares de los alumnos para lograr generar un cambio cultural que respete a las personas en su diversidad y las valore como sujetos de dignidad y derecho”. Igualmente aspira a hacer del aula “una comunidad de convivencia que incorpore a las familias y la escuela a través de una metodología que favorece un aprendizaje cooperativo, mediante la toma de decisiones reales y el desarrollo de estrategias para ‘aprender a aprender’ por medio de proyectos de investigación y no por medio de planes curriculares preestablecidos”.