El director general del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), Ignacio Cosidó, afirmó ayer que “se van a reforzar en un doble sentido” los protocolos sanitarios en las fronteras españolas de Ceuta y Melilla para evitar la entrada de inmigrantes irregulares contagiados por el ébola, “incrementando el control ante una situación de emergencia mundial”, tal y como lo ha dictaminado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y también “tomando todas las medidas que sean necesarias para prevenir el posible contagio entre los miembros de la Policía Nacional”. En declaraciones a los medios de comunicación después de clausurar un encuentro académico en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Cosidó comentó que se están estudiando “todas las medidas que sean necesarias para garantizar, en la medida en que eso es garantizable, la seguridad de nuestros propios policías”.
De esta forma, después de que la Guardia Civil haya manifestado su preocupación por la falta de medidas de prevención en las fronteras españolas, Cosidó comentó que la Policía tiene actualmente un plan de actuación en el que cualquier inmigrante que entra en España de forma ilegal sometido a un control médico y, en el caso en que se detecte algún tipo de enfermedad, “especialmente si es contagiosa”, es derivado a centros especializados para que pueda ser “convenientemente tratados”.
Cosidó, que recordó que las competencias en los protocolos sanitarios son de las autoridades sanitarias, incidió en que la Policía “colaborará en cualquier ayuda que pueda ser demandada” por parte de estas autoridades.
El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos. El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por contacto directo con sangre, líquidos orgánicos (saliva, semen) o la piel y tejidos de las personas infectadas o sus cadáveres, y por el contacto con equipo médico contaminado, como agujas.
Los primeros síntomas de esta enfermedad son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas. El período de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días, aunque generalmente los síntomas aparecen entre los cinco y diez primeros días tras el contagio. Aún no hay vacuna.
UFP considera al personal del CETI “de alto riesgo” La UFP alertaba este miércoles en un comunicado de prensa del “alto riesgo de contagio del ébola entre los policías de las fronteras”. En su opinión, los agentes destinados tanto a Ceuta y Melilla, como a los CETI y CIE, son considerados como "personal de alto riesgo" para sufrir el contagio de esta enfermedad y alertaban de que "no existen medidas ni protocolo específico para evitar el contagio". Así, urgían a la Administración a que actuase "de forma urgente" pues, hasta la fecha, "sólo existe una instrucción operativa de carácter genérico de 01/06/2011, con medidas higiénico sanitarias ante actuaciones con personas sospechosas de padecer enfermedades infecto-contagiosas".
El protocolo local se centra en los barcos de países que sufren el brote La Delegación del Gobierno informó ayer de que el protocolo local para evitar el contagio del virus del ébola se cerró hace dos meses, en una reunión en la que participaron Policía Nacional; Guardia Civil; Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI); Sanidad Exterior; el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) y la Ciudad Autónoma, en cuanto se activó la alerta por el brote en Guinea Conakry.
El Gobierno de la Plaza de los Reyes no entró en más detalles a cerca de las actuaciones a seguir por las autoridades en caso de llegada de un individuo enfermo a la ciudad. Sin embargo, Sanidad Exterior detalló que exigen a los barcos procedentes de los países que padecen este brote (Guinea Conakry, Liberia, Sierra Leona y Nigeria) que antes de llegar al Puerto ceutí, presenten una declaración marítima sanitaria para determinar la existencia de enfermos a bordo o que puedan estar incubando el virus.
Como ocurrió a la llegada del religioso Miguel Pajares al Hospital Carlos III de Madrid, si se diera una situación similar en Ceuta, el Hospital Universitario u otras instalaciones sanitarias adoptarían medidas de aislamiento similares.
Esta semana, Melilla llamó a la calma ya que un inmigrante irregular enfermo de ébola no podría llegar a la ciudad porque suelen tardar semanas e incluso meses en alcanzarla.