Los algo más de 8 kilómetros que separan Ceuta de Marruecos, esa línea harto sorteada por los inmigrantes en su intento por escapar del vecino país, se han convertido en objeto de inspección principal por parte del Ministerio de Interior, como parte del planteamiento de remodelación que se quiere llevar a cabo en el lugar.
El pasado diciembre y también esta semana se están haciendo inspecciones a pie de terreno en los tramos fronterizos. Van orientados a conocer, de primera mano, las deficiencias que existen al objeto de plasmarlas en un informe técnico que servirá de diagnóstico para que el Ministerio de Fernando Grande-Marlaska actúe.
Ampliar el número de cámaras e incrementar su resolución, disponer de terminales térmicas fijas que complementen a las móviles que manejan los equipos búho de la Guardia Civil y trabajar para que los puntos ciegos que hay en el perímetro que separa Ceuta de Marruecos sean cada vez menos son las principales líneas de trabajo. A ello se suma la identificación de los tramos más vulnerables. En esto se está trabajando en la actualidad.
No obstante el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, ha avanzado, aunque sin concretar plazos, que se empezará a realizar “pruebas de sustitución” en zonas de la valla por otros sistemas. Lo ha dicho durante su participación en un desayuno informativo organizado por el Club Diálogos para la Democracia. A fecha de hoy en el perímetro no hay cambios, más allá de las inspecciones giradas a pie de terreno como parte de ese informe técnico anunciado por el Ministerio y publicado en el BOE a principios de este mes.
Ese “otro sistema” no se ha concretado pero Azón aclara que cumplirá en todo caso el requisito de mantener la seguridad a ambos lados de la frontera y “en la medida de lo posible, ser menos lesiva para los que intenten entrar”.