El culebrón del
embolsamiento no está, ni mucho menos, lejos de llegar a una solución y consenso. El hilo entre Madrid y la Ciudad cada vez se tensa más. El constante silencio que llega desde el Ministerio que dirige Grande-Marlaska desata la indignación e impotencia entre el Ejecutivo de Vivas, que todavía no ha visto un céntimo de lo supuestamente pactado entre ambas administraciones, y le reclama por activa y por pasiva que asuma la mitad del coste de la explanada. A día de hoy la demanda que hace meses se remitió a Madrid ha quedado en un limbo, a saber si en estudio o no, porque Interior considera la parcela suelo municipal y, con ello, se exime de toda responsabilidad.
Una respuesta que deja entrever la poca intención o predisposición existente para compartir gastos y que deposita toda la carga económica sobre el Gobierno local.
Es innegable que la parcela pertenece a la Ciudad, de hecho el propio portavoz del Gobierno, Jacob Hachuel, reconocía que fue una iniciativa del Gobierno local que en aquel momento no contempló que llegaría a solucionar los problemas fronterizos, que son exclusivamente de competencia estatal. Y es, precisamente en este punto, donde todavía queda un resquicio a la esperanza. Interior baraja considerar el embolsamiento como una cola de la frontera, lo que se traduce en asumir cierta responsabilidad en el aspecto de la financiación.
El Ministerio alega que se debe firmar un convenio en el que se fijen las condiciones de financiación
Sin embargo no es tan simple. Para que el Ministerio suelte un euro existen condicionantes, y el primero de ellos se centra en la creación de un convenio entre Ciudad y Delegación, que a día de hoy, ha dicho, “no existe”. Con ello respalda la postura que ha adoptado la sede de la plaza de los Reyes con esta polémica, y que ha sido parte responsable del enfrentamiento entre ambas administraciones. El equipo de Salvadora Mateos ha sido tajante con respecto a este asunto, alegando que nunca llegó a materializarse un acuerdo para sufragar la mitad del coste del embolsamiento. Si en algún momento se barajó este asunto quedó en unas meras conversaciones informales, en las que, según Delegación, nunca se cuantificó la suma de gasto, ni mucho menos quedó firmado y sometido a un compromiso.
El Ejecutivo de Vivas ha insistido en que a través de ese cuerdo verbal se dio garantía de cumplimiento y que, por lo tanto, no consideraron necesario formalizarlo. Asimismo le han recordado que eran conscientes del coste “desde el primer momento” y por ello nunca se remitió un documento, “pero tampoco se nos pidió”, ha manifestado. Aún así anunciaban que desde hace una semana la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, ya dispone de ese informe detallado, en el que se fija la cuantía total que sobrepasa el millón de euros.
La poca predisposición para responsabilizarse económicamente de la explanada ya quedó patente en el proyecto de Presupuestos, en el que no se incluyó ese 50% del gasto compartido. Una postura que la Ciudad ha tildado de “excusa” y “poco clara”, y esperan que se deba a un mero “olvido”.
Acuerdo verbal o no, lo cierto es que la Ciudad ya ha asumido su parte, recuerda que la obra les costó 400.000 euros y que, en total, en 2018, ha sido casi un millón los gastados por el Gobierno local “para dar solución a un problema que es competencia central”. Una situación que se enturbia a medida que pasan los meses y sienta los interrogantes si, llegado el 30 de junio, Interior sigue sin pronunciarse. En este sentido, el Gobierno ha asegurado que baraja incluso hacer un expediente de modificación de crédito si no llega el dinero “porque no vamos a perjudicar a los ceutíes” en algo que “ha sido una solución” para el problema fronterizo. La Delegación hasta ahora solo ha colaborado en los tiques y ha acusado a la plaza de los Reyes de “no tener lealtad institucional”, expusieron.