Al Gobierno le han entrado las prisas con los inmigrantes subsaharianos que cruzaron a la carrera el pueblo de Beliones para entrar en Ceuta por el paso de
Benzú. Si hasta el momento tres
policías nacionales y tres abogados
se estaban encargando de la tramitación de los expedientes de asilo, después de que todos los subsaharianos lo pidieran, ahora se ha ordenado que ese número de agentes aumente lo que derivará necesariamente en un incremento de abogados. Interior quiere aumentar el número de agentes del CNP que tienen como misión tramitar esos expedientes de asilo, lo que llevaría a cuadriplicar el número de letrados designados por el Colegio de Abogados que debe afrontar una auténtica sobrecarga. Lo que ha cambiado de un día para otro es la celeridad con la que ahora se quiere afrontar esta situación, lo que requiere no solo de un extra de agentes y letrados sino también de intérpretes, algo que resulta complicado en el caso de aquellos que tienen que atender a subsaharianos que solo hablan su propia lengua. Todas las entrevistas se están llevando a cabo en la oficina de asilo del Tarajal, a donde desde el pasado domingo están acudiendo los abogados y agentes del CNP junto con grupos reducidos de inmigrantes protagonistas de la
entrada a la carrera del pasado 30 de agosto. Unas oficinas que estaban cerradas desde su inaguración hace ya cinco años y que nunca habían estado operativas hasta este momento. Clave en todo este proceso resulta la visita que va a girar hoy a Marruecos el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la postura que adoptará el reino alauita en cuanto a la interpretación del tratado de readmisión que fue aplicado por vez primera en agosto de 2018, con la devolución de la amplia mayoría de los inmigrantes que cruzaron la valla por el paso de Berrocal.