Los intentos de escapada a la Península, ayudándose de las entradas en los barcos atracados en Ceuta, son constantes. No con la participación de inmigrantes de antaño –cuando en el
recinto portuario se unía gran cantidad de personas- pero sí con la persistencia demostrada por un grupo concreto de marroquíes, adolescentes y adultos de recién cumplida edad, cuya intención no es otra que colarse en los barcos de transporte de mercancías o en el
buque Festivo, encargado del traslado de los residuos. Este viernes los intentos han sido permanentes ante la ausencia de seguridad en el recinto portuario. Los jóvenes han intentado trepar por los amarres y acceder al interior de los buques a plena luz del día, llevando a sus responsables a tener que correr hacia los extremos para que no lograran su objetivo. Hoy ha sido con mayor persistencia, pero en los últimos días los intentos de intrusión se han repetido en demasía. Y en el marco de esta situación asoman los transportistas como víctimas, ya que se han producido apedreamientos a los camiones. Los jóvenes quieren colarse en las bateas o, por sus propios medios, adentrarse en los barcos.
Los intentos son protagonizados por un grupo reducido de personas asentado en la zona portuaria, pero los afectados resaltan su permanente insistencia por colarse en los buques y advierten ya del excesivo peligro que rodea estas prácticas. Precedentes hay de
accidentes graves e incluso muertes por caídas de inmigrantes al vacío. Lo que se pretende es bloquear este tipo de actos por seguridad de todos, tanto de los propios jóvenes que aspiran a cruzar al otro lado del
Estrecho como de los transportistas que están realizando sus trabajos de carga y descarga y se ven literalmente acosados teniendo que impedir que se cuelen dentro de las bateas, generándose incluso amenazas o enfrentamientos. Clave resulta el incremento de la seguridad en todo el recinto portuario, algo que ha quedado notablemente rebajada.