Los argelinos cuentan que cruzar la frontera del Tarajal, la que separa
Marruecos de Ceuta, se consigue pagando 2.500 euros. Ese es el precio que ponen a los pasaportes las pequeñas organizaciones que trabajan a ambos lados de las trincheras de la
Frontera Sur de Europa. Las madres cruzan con sus hijos y vuelven sin ellos, nadie se percata de cómo se entra y de qué manera se sale, hasta el punto de poder abandonar a las puertas del centro de menores a vástagos incapacitados que han cruzado en silla de ruedas para no regresar jamás a su país de origen. Los porteadores que tienen el paso obligado por ‘
Tarajal II’ para comprar la mercancía duermen en Ceuta o buscan salir por ‘Tarajal I’ sin que en ningún registro quede constancia de qué han hecho durante las horas que pernoctaron en nuestra ciudad.
Y así pueden ustedes contar las historias que quepan en una hoja de periódico porque se enumeran por miles, y miles son las que se acumulan en el paso fronterizo más tercermundista que mantienen operativo los gobiernos español y europeo. Un paso que ahora quiere transformarse en inteligente. O así al menos es como lo ha bautizado el Ministerio de Interior que pone fecha para la activación de la frontera inteligente en este mes de julio, en concreto en la segunda quincena.
La Delegación del Gobierno ha confirmado que ya están las cámaras ubicadas en el Tarajal I, como se le conoce a la propia frontera, además de haber en la entrada y salida del ‘Tarajal II’, el paso habilitado para el tráfico de bultos a cargo de los porteadores. La colocación y comprobación de funcionamiento es el paso previo a la operatividad de un sistema de blindaje que depende, en un 50%, de la respuesta de Marruecos.
Con esas cámaras se quiere controlar quién entra y quién sale. Por ejemplo el pasado jueves 3.900 porteadores entraron por ‘Tarajal II’, pero no salió el mismo número. Al menos 50 se quedaron en Ceuta. Esto se quiere evitar con las cámaras para frenar la pernoctación de marroquíes que buscan sacar bultos por la frontera, sancionando a quien haya dormido cuando pretenda salir.
El reconocimiento facial a todas las personas que entren a Ceuta se irá haciendo de manera gradual conforme se active la frontera inteligente, lo que a ojo de la Delegación evitará las entradas que ahora se llevan sin control así como las permanencias en Ceuta.
El Tarajal, la obsesión
Por la frontera del Tarajal ha pasado de todo menos inversiones acertadas. Las consecuencias se pagan ahora, cuando el filtro es inservible y cuando los agentes de las fuerzas de seguridad que actúan en la zona no pueden garantizar el control que debería existir en una de las fronteras más sorteadas del país. De hecho unas 40.000 personas la cruzan diariamente. El reconocimiento facial espera anular el tráfico de documentos y evitar la ralentización en las entradas.
Inversión
La clave del funcionamiento. Delegación del Gobierno confía en que la frontera inteligente ayude a conocer claramente “quién entra y quién sale” por el paso que separa Ceuta de Marruecos. “Hay un macro-proyecto para una frontera ideal, pero de momento se va a adecentar la que tenemos ahora. Se va a poner una frontera inteligente para que todo el que pase andando y en coches estén controlados. Vamos a saber quién entra y quién sale. Quedará clarificado quién vive en Marruecos y quién en Ceuta. La frontera terminará siendo una del siglo XXI, ya mismo”, explicaba la delegada del Gobierno a los periodistas hace meses. La visita de Marlaska escenificó ese apoyo a un paso sobre el que hay muchas promesas, pero que depende directamente de la colaboración marroquí para que funcione de manera adecuada. El reconocimiento facial a todas las personas que accedan a Ceuta evitará el uso de varias identidades con pasaportes falsos que ahora se estila en uno de los puntos de mayor detección de tráfico del país.