Siempre pensé que lo importante de una sociedad era tener unas normas acordes con las necesidades demandadas por los ciudadanos. En la España que nos ha tocado vivir, parece ser que esto no es lo importante. Lo que verdaderamente nos muestra la salud democrática es la honradez y el convencimiento de quien tiene la obligación de hacer cumplir las normas, pero nos encontramos con demasiada frecuencia en el camino a personas que buscan el agradecimiento de su superior para perpetuarse en el cargo que ostenta y/o favorecer su proyección personal o simplemente han olvidado la razón por la que ocupan ese puesto dentro de la administración pública, que es tan simple como intentar mantener y mejorar la calidad del servicio que están obligados a ofrecer. Sus decisiones deben aspirar a la solución del problema planteado por el colectivo que ha de gestionar y administrar, sin el cinismo y la arbitrariedad de la que algunos de estos cargos hacen gala, cargando sobre el ciudadano decisiones y cargas que solo satisfacen sus propios intereses y de la que son directamente responsables.
Estas aseveraciones que pueden parecernos muy teóricas suceden y las sufrimos diariamente. Cuando crees que la época de abusos ha pasado a mejor vida, aparecen en escena otros personajes que hacen buenos a los anteriores. Imagínese que va a echar gasolina al depósito de su coche y tras terminar el repostaje, lee en el surtidor que han echado 20 litros cuyo coste es de 32 euros, pero el empleado de la gasolinera le pasa una factura de 83 euros, el 260% de lo que le corresponde, (el % no es inventado).
El empleado esperando tu comprensión y agradecimiento te informa, que su jefe, lo ha dejado todo arreglado y que debes sentirte contento porque no se sabe cuándo, pero te devolverá lo cobrado indebidamente tras tener que hacer una solicitud acompañada de un estadillo de reclamación en el que el usuario debe conocer a la perfección la forma y tramos de cobro de la empresa que factura el combustible y los comprobantes de haber satisfecho el pago por banco, todo ello acompañado por una solicitud cuyo formato te facilita «su propio jefe». Tal vez y solo tal vez así, te devolverán tu dinero cuando lo reclames.
En definitiva, además de financiar su ineficacia y negligencia, me dice como lo tengo que hacer y tiene la desfachatez de colocarlo pegado en el cristal limpiaparabrisas (en los portales) cuando me voy, eso sí, me da la facilidad de hacerlo telemáticamente.
El responsable de la decisión de no poner un contador totalizador en la entrada del edificio de su responsabilidad se llama INVIED
Últimamente, cuando voy al banco o a la administración a solicitar algo tengo la sensación de que estoy con los teleñecos. No hay nadie para atender, es igual lo puede hacer Vd. telemáticamente. Hay personal, pero no te atiende porque no tienes cita. Te violan, pero poco.
La gran diferencia entre el suministro de un combustible como la gasolina o Gas oil y el agua potable, es que al responsable de lo primero lo puedes mandar a freír pimientos y marchar a otro surtidor de la ciudad, mientras que la sociedad del agua es un monopolio de una empresa de medios propios de un ayuntamiento, que dejo de serlo (lo de ayuntamiento) hace mucho tiempo para ejercer de Ciudad Autónoma y si se quiere Vd. duchar, después de enviarlos también a freír pimientos, lo tendrá que hacer con agua mineral embotellada.
Pongamos ahora nombre a cada paso en esta esperpéntica situación a la que nadie interesa poner fin.
La empresa que ha traído la gasolina (agua) hasta el depósito del surtidor se llama ACEMSA.
El dueño de la gasolinera que tiene un depósito y conducciones en el recinto de su propiedad que datan del año del repliegue del Ejército del Norte de África en 1956 cuando se produce la independencia de Marruecos, se llama INVIED.
El que exige que sea el dueño del coche el que pague sus pérdidas (las del depósito) se llama INVIED.
El dueño del depósito de la gasolinera que no arregla sus instalaciones con la diligencia debida se llama INVIED.
El responsable de la decisión de no poner un contador totalizador en la entrada del edificio de su responsabilidad se llama INVIED.
El señor que le dice a ACEMSA que cobre directamente al cliente, se llama INVIED.
ACEMSA tiene la obligación de exigir la colocación del totalizador y en ningún caso hacerse cómplice. La responsabilidad de cada tramo está delimitada
El que acepta contrariamente a lo legalmente establecido a pesar de incumplir su propio reglamento (Cap VI, artículo 33), se llama ACEMSA. El resultado es que se convierte en el brazo ejecutor de un organismo como INVIED, siendo a todos los efectos copartícipe en cuanto a la responsabilidad se refiere y cooperador necesario del abuso cometido.
ACEMSA tiene la obligación de exigir la colocación del totalizador y en ningún caso hacerse cómplice. La responsabilidad de cada tramo está perfectamente delimitada; antes del totalizador es de ACEMSA. Desde el totalizador que debe instalarse obligatoriamente en la entrada general del edificio, hasta las baterías de contadores particulares, es de INVIED. Finalmente, a partir del contador individual, es del usuario, inquilino o arrendatario, pero a pesar de ello, el abuso de poder de estas dos entidades sigue siendo claro. INVIED sobre todo, porque el responsable de estos hechos se aprovecha de una relación de subordinación de las víctimas con respecto a él en virtud de la graduación militar y el cargo que ostenta, permitiéndose incluso NO contestar a las reclamaciones, olvidando permanentemente cuáles son sus obligaciones con aquellos a los que dice servir, además, dando instrucciones a ACEMSA para que le pase los recibos al cobro de sus usuarios DEL AGUA VERTIDA A LA CALLE DENTRO DE LAS INSTALACIONES DE SU PROPIEDAD en tramos anteriores a los contadores individuales. Ninguno de los dos está exento de responsabilidad. Uno por pedirlo y el otro por concederlo.
¿Cómo llamarían a estos personajes? No están sacados de una película de Al Pacino ni de gánster de Chicago, estamos describiendo una situación que lleva ocurriendo en esta ciudad desde hace más de un año con total impunidad y que desde este medio denunciamos como plataforma ciudadana creada con el fin de acabar con este abuso de INVIED y de ACEMSA.
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