Del ‘insti’ al laboratorio de PCR: los científicos del futuro del ‘Almina’

El grado superior de Laboratorio clínico y biomédico del IES Almina de Ceuta capacita a los alumnos para trabajar en los laboratorios más importantes del país. Aproximar la ciencia a los más jóvenes es el objetivo, pero todo de una forma ágil, directa y práctica para que los más jovenes que se interesen por este campo vean cubiertas sus expectativas.

“Es un ciclo formativo medio de grado superior que consta de cursos. En total son 2.000 horas y en segundo es cuando al final, en el último trimestre, los alumnos realizan sus prácticas de formación en centros de trabajo relacionados con el área de laboratorio. Están en el hospital y en laboratorios clínicos principalmente”, comenta para las cámaras de FaroTV Cristina Julbez Campos, profesora de Biología molecular e Inmunología en el ciclo superior de Laboratorio clínico y biomédico del IES Almina.

Un trabajo, el de técnico de laboratorio, que la pandemia ha visibilizado más que nunca. No obstante, no todo es COVID-19. En el laboratorio clínico se obtienen y se estudian muestras biológicas diversas, como la sangre, la orina o las heces, entre otras.

Los entre 50 y 60 estudiantes que ocupan sus pupitres entre el primer y segundo curso y entre el turno de mañana y de tarde, muy pronto realizarán prácticas en laboratorios de todos los ámbitos, y cómo no, también harán las PCR a las que están habituados. Pero los conocimientos abarcan un amplio campo de la rama sanitaria.

Los jóvenes estudian todo lo relacionado con la función y el trabajo que realiza un técnico de laboratorio. “Ellos empiezan en primero con materias como Fisiopatología, Análisis de muestras, Gestión de muestras, Operaciones en laboratorio o Biología Molecular. Estos son los módulos iniciales del curso de primero y ya en segundo se complica un poco más la cosa, pero se centra más en la Bioquímica, la Microbiología y la Inmunología. Pero, lo cierto es que el ciclo comprende todos los campos donde trabaja o desarrolla su labor un técnico de laboratorio”, explicaba la profesora.

Asimismo, los propios alumnos aprenden a analizar pruebas PCR por COVID-19 en el laboratorio de su instituto. “En primero, en Biología molecular, se explica la PCR, que todos vemos ahora todos los días en la televisión, pero el año pasado durante el confinamiento vieron que sí existe de verdad y que es realmente útil. Y, además ahora la saben hacer, la han practicado y en casa han explicado en qué consiste. Eso ha hecho que hayan investigado más en ese campo”, continuó.

“Es un ciclo formativo medio de grado superior que consta de cursos. En total son 2.000 horas”

La COVID-19 ha puesto de manifiesto el valor que aporta el diagnóstico ‘in vitro’ en los laboratorios al sistema sanitario y a la salud de la población. “La conciencia ha sido positiva y ha sido un reconocimiento importantísimo para sus estudios que están realizando, y también como profesorado estamos muy contentos de que esta labor del técnico de laboratorio esté en alza, aunque no es solo ahora. Antes también se hacía, lo que pasa que ahora se conoce más”.

Una verdadera cantera en la que se preparan los profesionales del futuro, de los que se nutrirán los laboratorios de todo el país. Se estudia el diagnostico de las patologías relacionadas con las enfermedades comunitarias, por lo que incluye conocimientos de inmunología, hematología, entre otras. Pero el COVID ha hecho que aumente la demanda de nuevos estudiantes y la visibilidad del trabajo de estos técnicos.

"Durante el confinamiento vieron que sí existe de verdad la PCR y que es realmente útil"

Para Cristina Julbez Campos, el punto “positivo” de esta pandemia, “aunque todos han sido negativos”, es que a nivel educativo los alumnos de Laboratorio sí que han visto que su función es “súper importante” y que “todos los avances que vemos en televisión cada día ellos lo pueden hacer”. “Pero siempre para diagnosticar porque el técnico de laboratorio no cura, sino que diagnostica y hace el seguimiento de una enfermedad”.

Analista de laboratorio químico, microbiológico, de la industria alimentaria, de control de control de calidad de aguas potables y residuales, y en centros de investigación y formación son algunas de las salidas de este ciclo, que, sin duda, no defrauda a los ceutíes más curiosos y apasionados por la ciencia.

Del instituto al laboratorio de las PCR: ese es el sueño de alumnos que ahora realizan sus prácticas en el laboratorio del instituto Almina.

“Para mi sorpresa me ha gustado mucho, hasta el punto de llegar a plantearme dedicarme profesionalmente al laboratorio”

Mariam Lahsmi Kassen y Umaima El Bourmaki Hamadi, ambas de 20 años, son estudiantes de segundo curso y en pocos meses esperan poder acceder al mercado laboral, mientras que Erhimo Mohamed Abdeselam, ha empezado este curso el primer curso de Laboratorio clínico y biomédico. Ninguna de las tres se arrepiente de haberlo hecho esta elección.

“Antes no tenía pensado hacer este ciclo, sino uno de Fisioterapia, pero con el tema del COVID vi que la posibilidad de irme fuera era más difícil porque está habiendo mucho problema con las clases telemáticas. Entonces, decidí quedarme aquí y darle una oportunidad a este grado. Y la verdad, que para mi sorpresa me ha gustado mucho hasta el punto de llegar a plantearme dedicarme profesionalmente al laboratorio”, confiesa la joven Erhimo, de 19 años.